Indígenas piden justicia tras matanza militar

La caminata pacífica finalizó frente al Palacio Nacional, antigua sede de gobierno, en el centro histórico de la capital, tras recorrer unos 5 km, bajo la vigilancia de decenas de policías.

Foto: AFP

GUATEMALA Cargando ataúdes y ofrendas fúnebres, y con listones negros, unos 5.000 indígenas guatemaltecos marcharon este viernes en la capital para exigir justicia por la muerte de ocho miembros de sus comunidades durante el desalojo violento de una protesta por el ejército, la semana pasada.

La marcha, realizada en el marco del “Día de la Hispanidad”, como lo denomina el gobierno, y “Día de la Resistencia” para los indígenas, inició en la plaza del Obelisco, en la periferia sur de la capital, encabezada por ocho féretros de madera con los nombres de las víctimas impresos en papel, llevados a pulso por hombres y mujeres.

“¡Justicia, justicia!”, coreó la multitud cuando pasó frente a la sede de la Corte de Justicia, que indaga a nueve militares acusados de disparar contra indígenas que protestaban contra el alza de las tarifas de la electricidad y otras políticas de gobierno, en Totonicapán, 180 km al oeste de la capital, el 4 de octubre.

El coronel Juan Chiroy y ocho soldados, entre ellos dos mujeres, fueron detenidos el jueves y este viernes está previsto que rindan su primera declaración ante un juez sobre los sucesos.

“Ahora los militares están gobernando Guatemala y siguen con las masacres, como la que ocurrió en Totonicapán, pero las demás comunidades (indígenas) estamos con ellos para apoyarlos”, dijo a la AFP la representante de la comunidad Q’eqchi’, uno de los 22 pueblos mayas que conviven en este país.

La matanza provocó fuertes críticas de diferentes sectores nacionales y organizaciones internacionales. La ONU recomendó no utilizar al Ejército para disolver protestas populares.

Para asistir a la marcha, María Tacnal, de 39 años, viajó diez horas por caminos rurales, desde el municipio de Panzós, departamento de Alta Verapaz, unos 288 km al norte de la capital, donde en 1978 fueron asesinados 53 campesinos, en una de las peores masacres cometidas por el ejército durante la guerra interna (1960-1996).

“No queremos que siga la violencia y matanza, y no queremos hidroeléctricas y minería porque dañan nuestro territorio”, dijo Gaspar Hijinio al rechazar los megaproyectos que se desarrollan en los territorios habitados por los indígenas.

A sus 20 años, Gaspar ya es padre de un niño de dos. Con su hijo en los brazos, comentó que recorrió durante ocho horas unos 273 km desde el municipio indígena de Chajul, en del departamento de Quiché (noroeste), para participar en la marcha.

“Venimos a defender nuestra madre tierra porque en el futuro los que van a sufrir son nuestros hijos”, relató Regina Iquité, de 38 años, originaria del municipio de San Juan Sacatepequez, a 30 km de la capital.

La caminata pacífica finalizó frente al Palacio Nacional, antigua sede de gobierno, en el centro histórico de la capital, tras recorrer unos 5 km, bajo la vigilancia de decenas de policías.

Otras movilizaciones tuvieron lugar en diferentes regiones del país convocadas por organizaciones indígenas y campesinas.

Aunque oficialmente se lo conoce como Día de la Hispanidad, el 12 de octubre es denominado por los indígenas del continente americano como Día de la Resistencia, para reivindicar los derechos de los pueblos originarios tras la llegada de los españoles hace 520 años.  AFP

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