El actor danés Mads Mikkelsen, encarnación recurrente del “Mal” en Hollywood, considera la oposición entre malos y buenos que prevalece en el cine estadounidense como algo caricaturesco.
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“Entre los estadounidenses hay malos y hay buenos”, subraya en una entrevista con AFP durante el Festival de Venecia, donde protagoniza “Bastarden (La tierra prometida)”, una película de Nikolaj Arcel que compite por el León de Oro.
El actor interpreta a un soldado danés obsesionado con la venganza social en el siglo XVIII.
Mikkelsen en “Bastarden”
Incluso en las películas más complejas, el cine comercial estadounidense “se sigue recurriendo a la oposición entre malos y buenos”, mientras que “en el cine danés no consideramos las cosas de la misma manera”, dice el intérprete del malvado Le Cipher frente a James Bond en “Casino Royale” (2006).
En “La tierra prometida” su personaje se llama Ludvig Kahlen, un capitán del ejército danés “que quiere convertirse en algo que él mismo odia”.
Es un bastardo, producto de la relación entre una sirviente y un noble, alguien que “odia la nobleza pero quiere ser parte de ella”.
Para ello se lanza al loco proyecto de fertilizar y cultivar páramos baldíos en la región de Jutlandia.
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Su enemigo en “La tierra prometida”, es un noble cruel, violador y asesino al borde de la locura.
Pero ese personaje “no es un ‘malo’, es sólo un ser humano triste que comete malas acciones”, destaca el actor.
“Prefiero abordar así los personajes”, concluye el villano por excelencia del cine mundial, que sigue siendo un nazi junto a Harrison Ford en la última entrega de la saga de Indiana Jones estrenada recientemente.
‘Salvado por la campana’
“Dispuesto a arrasar con todo para llegar hasta ahí”, Ludvig Kahlen es “salvado por la campana” al descubrir, “aunque sea un poco tarde, que hay personas que importan en su vida”.
Mads Mikkelsen quedó seducido por la redención de este personaje que “nunca dejó entrar a nadie en su vida, que nunca sintió ninguna emoción hacia nadie”.
“¡Y se sorprende cuando eso le sucede!”, exclama el actor.
Los temas que emergen en el guión resuenan con la sociedad contemporánea: el lugar de las supersticiones y la religión, la convivencia del ser humano con la naturaleza, la justicia social…
“No intentamos integrar a la fuerza temas de 2023, como nuestra moral o nuestra visión del mundo (…) No soy fan de eso en las películas históricas, pero resultó que los personajes de la película tratan de cosas y experiencias que también son identificables para nosotros en la actualidad”, indica.
El actor, coronado en 2012 con el premio de interpretación en Cannes por su papel de profesor sospechoso de pederastia en “La caza” de Thomas Vinterberg, sigue a sus 57 años alternando superproducciones y películas independientes con regularidad meticulosa.
“Nadie me obliga, es bastante voluntario”, dice, con el rostro bronceado por el sol.
“Es súper agradable irme [a Hollywood] pero siempre termino volviendo a casa”, añade este actor nacido de Copenhague.
Después de promocionar esta nueva película, ningún proyecto en el futuro inmediato.
“Ahora toca familia, deporte y vacaciones”, desliza con una sonrisa este fumador empedernido.
* Con información de agencia AFP.