Una semana después de darse a conocer que Meghan y Harry se habían comprado una lujosa mansión en California, ha salido a la luz una aterradora historia.
Según se conoce, la propiedad está construida sobre una zona peligrosa e inestable y hace algún tiempo estuvo a punto de quedar sepultada.
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Ahora, se reveló también la aterradora historia de la finca vecina y su expropietario. El diario británico Daily Mail, reveló que la propiedad pertenecía a Stanley McCormick.
El hombre en cuestión era adicto al sexo, esquizofrénico, quien heredó la fortuna de su papá.
MacCormick fue el inventor de la segadora mecánica, una máquina que hacía recolección de productos agrícolas.
Dicho aparato revolucionó la agricultura en el siglo XIX, pero debido a su esquizofrenia fue confinado en el segundo piso de su mansión.
Stanley tenía obsesiones sexuales, mostraba episodios de violencia y era considerado una amenaza para las mujeres.
Incluso, su esposa Katherine y sus hermanas estaban en peligro. De hecho, los enfermeros varones tenían que sostenerlo cada vez que tenían contacto con alguna.
Fuertes revelaciones del vecino de Meghan y Harry
En 1998 se publicó la novela Riven Rock, de TC Boyle, donde se reveló McCormick era obligado a dormir con un arnés de cuero para mantener las manos junto con los tobillos. La acción tenía como finalidad de que el hombre evitara tocarse y lastimarse.
Pero la historia del vecino de Meghan y Harry no termina ahí. El hombre estaba tan perturbado que su familia contrató a un científico del comportamiento.
Al médico se le permitió instalar un laboratorio de primates en la mansión, con la promesa de que encontraría una cura para la condición de Stanley.
Durante años, McCormick fue sometido a varios experimentos, pero no fueron suficientes para encontrar la cura a sus padecimientos de demencia.
No cabe duda que hay una historia muy aterradora a la par de la mansión de Meghan y Harry.