“Mi roro”, así le decía Angelines Fernández en un hilo de voz cada vez que los recuerdos la vencían estando allí, en los estudios donde se grababa El Chavo del 8.
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Segundos después, La Bruja del 71 escondía su tristeza en el gesto adusto y rodaba una nueva escena del programa que desde 1979 ya no contaba con uno de sus personajes: Don Ramón.
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En cambio, desde el 9 de agosto de 1988 a la vida de Angelines le faltaba Ramón Valdés.
Y aquel “Mi roro”, que La Bruja del 71 le decía embelesada a Don Ramón en la ficción, es el mismo que desde entonces la actriz repetía todos los días, presa de los recuerdos de su excompañero, de su gran amor en la vida real.
Angelines y Valdés ya eran amigos antes de que ella ingresara al programa de Roberto Gómez Bolaños.
Fue justamente Ramón, quien le pidió a Chespirito que le diera la oportunidad a la actriz nacida en Madrid.
En 1968, en la película Corona de lágrimas, Angelines y Ramón compartieron cámara por primera vez y se hicieron grandes amigos. En cambio, nadie sabe con certeza cuándo ella se enamoró de él.
Y así como le ocurrió a Doña Cleotilde con Don Ramón en El chavo del 8, tampoco fue correspondida. Valdés la adoraba, pero no la amaba.
Los últimos deseos de los actores de El chavo del 8
Luego de una valiente lucha de casi cuatro años contra el cáncer, Ramón Valdés murió en 1988.
Al concluir con el entierro multitudinario, Angelines permaneció por más de dos horas junto a su lápida en el panteón.
Comprendiendo que la muerte se aproximaba, meses antes de partir, Fernández había pedido expresamente que se le cumpliera su último deseo.
La actriz solicitó que se le fuera enterrada junto a Don Ramón.