Detrás de cada estrella y cada personaje famoso existe una persona que tiene problemas como cualquier otra. Mientras que algunos prefieren ocultar su vida privada, otros eligieron exponerla y este es el caso de Miguel Herrán de La casa de papel.
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El actor confesó haber sufrido vigorexia muchos años y decidió hablar sobre el tema que lo aqueja.
Cabe resaltar que las personas que sufren vigorexia se preocupan de manera excesiva por su imagen corporal, fundamentalmente por desarrollar un cuerpo atlético.
Sin embargo, dicho problema suele tener una imagen distorsionada de sí mismos por lo que perciben que están demasiado delgados o que sus músculos no son lo suficientemente grandes.
El actor de La casa de papel contó a El País, que este trastorno lo padeció desde su adolescencia y que aún lucha para no caer en él.
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“Tengo espejos en los que e tengo prohibido mirarme con ciertas luces porque sé que me voy a obsesionar. Es una obsesión continua, porque una vez piensas, ya no paras”, aseguró.
Las revelaciones del actor de La casa de papel
El protagonista de Élite también reconoció que continúa el problema, aunque lo puede dominar.
“Cuando viajo llevo una maleta con pesas. Durante la cuarentena compré un TRX, un banco y más pesas. Gané cinco kilos de músculos, pero al acabar el confinamiento dije a tomar por culo”, enfatizó Herrán.
Uno de los peores momentos, narró, fue durante el rodaje de La casa de papel. “En la serie llegó un momento en el que si me agachaba me reventaba el mono”, detalló.
Miguel también explicó: “Me pidieron que parase y yo les decía que vale, pero no paraba. Cuando me decían que estaba más grande, yo les respondía que era percepción suya”.
Además, explicó que “todo depende de la cabeza” y que la obsesión de querer gustarle a todo el mundo.