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Jayro Bustamante: “Guatemala verá una imagen que no quiere, la cual ha estado escondida”

Este jueves llegará a la pantalla nacional el filme “Temblores”, una historia que, a partir de la homosexualidad de su protagonista, presenta un fuerte componente religioso.

Luego de darle la vuelta al mundo y exhibirse en varios países de Asia, Europa y América Latina, Temblores” llega finalmente a Guatemala. El filme dirigido por Jayro Bustamante y protagonizado por Juan Pablo Olyslager se estrenará en el país el jueves.

El proyecto que desde ya ha causado polémica por los temas que aborda: Sexualidad, opresión, machismo y misoginia ha alcanzado una calificación de 7 puntos en el sitio IMDb.

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Tanto Jayro como Juan Pablo visitaron la redacción de Publinews. Ambos nos contaron algunos detalles de la película que ya ha ganado varios premios en diversos festivales.

La entrevista con Jayro Bustamante y Juan Pablo

  1. ¿Qué ha significado “Temblores” en sus vidas?

Jayro Bustamante (J): Para mí, del lado profesional es muy importante porque la segunda película es más difícil desde todos los puntos de vista. Con “Ixcanul” estábamos seguros que no había tanto conflicto, en cambio con “Temblores” ya la estaban esperando, y es un filme que lo van a comparar mucho con el primero. Siempre quise enfocarme en tres temas en Guatemala que me parecen importantes. Pensé que todo iba a ser más fácil de abordarlo, pero en Guatemala no se quiere hablar de ciertos temas. Yo creo que “Temblores” con su tema va a hacer temblar. Este es un tipo de cine difícil.

Juan Pablo Olyslager (JP): Estoy muy contento de participar en “Temblores”. Ahora estoy en una etapa en la que prefiero proyectos con contenido. He hecho varias películas de entretenimiento y está bien, pero ahora quiero otra cosa. Trabajar en este filme fue muy gratificante porque hay una historia atrás y tiene un discurso en favor de lo que pienso. La película es una voz para esa gente que no puede hablar. Representar a Pablo fue una gran responsabilidad, fue un proyecto que me retó.

  1. Recibiste el premio a Mejor actor en el Outfest de Los Ángeles y tu actuación ha sido alabada, ¿cómo te preparaste para hacer este papel?

(JP): Tuvimos un gran apoyo de la producción, Jayro Bustamante es increíble y eso hace una gran diferencia. Tuvimos también una preparación como de seis meses: Ensayos intensivos y terapéuticos con una magnífica coach, Tatiana Palomo. El haber participado en una película con actores de trayectoria y gente nueva ha sido gratificante porque los dos le aportan. Para mí fue un reto porque me hizo cuestionarme muchas cosas; la emoción humana esta ahí, independientemente de las tendencias sexuales. Es un personaje que está pasando por serios problemas.

El impacto…

  1. La película se ha exhibido en diversos festivales, se ha presentado en varios países, sabemos de qué trata, pero, ¿qué impacto crees que va a provocar en Guatemala?

(J): El cine es un espejo, pero al crear una película no estamos buscando imponer un mensaje. La responsabilidad es cuestionar al público y cómo este, dependiendo de cuál sea su entorno visual, vea cómo se asemeja a la realidad.

Guatemala verá una imagen que no quiere, la cual ha estado escondida. Ver esas realidades a veces es sano y en este momento el cine se vuelve algo muy lindo, es una herramienta para sanar. El arte se ha convertido en una catarsis social.

  1. ¿De qué manera te transformó está película?

(JP): Yo siempre he sido una persona abierta y te podría decir que simplemente me abrió los ojos a cosas aberrantes que pasan. Las terapias de conversión yo no las conocía, al igual que otros temas. El filme me enseñó un lado de la sociedad que debe cambiar. De esa manera me transformó y conocí muchas cosas que ignoraba.

  1. Te has convertido en un ícono del cine guatemalteco, ¿cómo te sientes con ello?

(J): Es como raro porque sería más lindo ser un ícono del cine si fuéramos más cineastas. Al final, todos en Guatemala somos un ícono porque somos muy poquitos. Todo el mundo tiene esa responsabilidad y poder de mover masas.

Recuerdo que recibí una clase en París: Ética del cine, en la que nos enseñaron cuáles temas abordar y eso me marcó para realizar “Temblores”. El cine tiene mucho poder, pero hay directores que lo usan mal. En Guatemala es difícil hacer cine de contenido porque la mayoría quiere cine de entretenimiento. Esta es una película de ficción, te va contando la vida de un personaje. Tenemos que aprender a ser críticos de cine. Lo que cuenta es lo que te deja, lo que te hace pensar.

 

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