Espectáculos

En la entrega de los Óscar el show debe continuar... sin presentador

Por primera vez desde 1989, el espectáculo se verá privado de un presentador que garantice la transición entre la entrega de estatuillas y las intervenciones humorísticas.

Es la primera vez en treinta años que se espera que la ceremonia de entrega de los Óscar se celebre sin presentador después del retiro del actor y humorista Kevin Hart, tras una controversia por antiguos tuits considerados homofóbicos.

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Los organizadores de la ceremonia no lo han anunciado oficialmente pero varias fuentes de la industria cinematográfica confirmaron que los preparativos de la 91 edición del Óscar, el 24 de febrero, no contempla a ningún animador debido a que no pudieron encontrar un remplazo.

Por primera vez desde 1989, el espectáculo se verá privado de un presentador que garantice la transición entre la entrega de estatuillas y las intervenciones humorísticas.

Según algunos profesionales, pese al descontento del público que esto puede generar en el público, se trata de una buena noticia.

"No hay mal que por bien no venga porque la gente ha estado diciendo desde hace años que ese formato -el mismo desde 1953- necesitaba un cambio y están tratando de reducir la duración" de la velada, dijo Tim Gray, especialista en los premios de la academia de la revista Variety, a la AFP.

"Personalmente, yo pienso que es una idea genial que no haya presentador", indicó.

La última ceremonia organizada sin presentador, en 1989, queda en la memoria de Hollywood como una de las más vergonzosas de la historia, por el largo acto de apertura arruinado por una infame actuación de Rob Lowe y… Blancanieves.

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A principios de diciembre, dos días después del anuncio de que sería el presentador de la ceremonia de entrega del Óscar en febrero, Kevin Hart renunció repentinamente luego de que salieran nuevamente a luz unos antiguos tuits en los que se burlaba de los homosexuales.

En un video posteado en redes sociales, el actor estadounidense de 39 años dijo que había "respondido varias veces a este asunto" y prefería retirarse de la ceremonia en lugar de dar disculpas. Sin embargo, luego expresó pesar por sus "palabras poco apropiadas", en un mensaje dirigido a la "comunidad LGBTQ".

"He evolucionado y quiero seguir haciéndolo. Mi objetivo es unir a la gente, no dividirla", dijo Kevin Hart.

"Bastante ingrato"

¿Pero por qué la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, organizadora de los Óscar, no puede encontrar a alguien más?

Las dos últimas ediciones del Óscar fueron presentadas por el comediante Jimmy Kimmel. La de 2018 fue seguida solo por 26,5 millones de espectadores, frente a los 43 millones de 2014, por ejemplo.

Aparentemente nadie quiere reemplazar a Kevin Hart, ni tampoco al comediante Chris Rock o la presentadora estrella Ellen DeGeneres, quienes también estuvieron en ese lugar.

"Creo que mucha gente hoy en día, especialmente con los Óscar, piensa que no vale la pena aceptar ser presentador (de una noche de premios) porque te pone bajo el escrutinio", dijo Tim Gray.

"Es un trabajo bastante ingrato. Muchos presentadores han dicho lo difícil que es porque entras en una sala con 3.000 personas y todo lo que les importa es quién ganó en cada categoría", continúa.

Contactada por AFP, la Academia se negó a hacer comentarios. Pero según muchos sitios web y revistas especializadas, las estrellas se sucederán unas a otras para presentar cada una de las 24 categorías.

"Los Óscar tuvieron varios presentadores en las décadas de 1970 y 1980, y la transmisión televisiva funcionó muy bien", dijo Dave Karger, corresponsal del sitio de IMDb.

"Así que si este año los productores logran hallas grandes estrellas para realizar pequeños sketchs y entregar premios, no creo que el programa sufra lo más mínimo por la ausencia de un presentador", dijo a AFP.

Para Tim Gray, el mayor reto sigue siendo hacer que un espectáculo de tres horas sea entretenido: "La situación les obligará a ser imaginativos".

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