Comprar ropa produce una sensación similar a la de disfrutar de un buen bolero en la voz de Agustín Lara o la mismísima Chavela Vargas.
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Haz el ejercicio, ponte los audífonos y camina entre los anaqueles de la tienda al ritmo de “Amor de mis amores” o de “La llorona”… o si prefieres algo más moderno, animado e igual de sentimental, pero influenciado por esos sonidos, escucha “Mi buen amor”, de Mon Laferte.
La cantautora le contó a Publinews Internacional, como editora invitada, cómo su ropa también habla de su música. La ropa transmite mensajes, produce emociones y eso lo tiene claro Mon:
“Hablando de estilo y de ropa, principalmente, la verdad me divierto mucho. Uso pura ropa vieja; me voy a las ferias o a los tianguis, incluso voy a los clósets de las mamás de mis amigas y agarro lo que sea más viejo. Siento que son piezas únicas, que la tela es más bonita y me siento mucho más cómoda”, comentó.
La estética de la cantautora radica en gran parte en su unicidad. Sus looks se destacan por ser multirreferenciales, eclécticos, elegantes, por ser poco convencionales. Y así lo muestra con los atuendos que suele lucir en sus presentaciones y hasta en lo que comparte por redes sociales.
La multiculturalidad
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Mon Laferte reinterpreta los años cincuenta de una manera edgy y contemporánea. De hecho, se define a sí misma como una artista inquieta, a la que le gusta jugar y experimentar con las prendas que suele usar.
Muchos la comparan con Amy Winehouse, pero la verdad es que Mon es un mezcla de estilo propio con guiños directos a Billie Holiday, Frida Kahlo y Edith Piaf, una de sus artistas preferidas, con vestidos llenos de brillo y elegancia.
Otro sello característico son las flores, que siempre tiene en su estilismo, ya sea en su ropa como estampado o incluso de tocado en la cabeza (si ya viste fotos de Billie Holiday sabes a lo que nos referimos).
Esto es una clara herencia de su multiculturalidad, sobre todo viviendo en un país como México, donde las flores son un símbolo poderoso y sirven más que de tocados en la cabeza. Algo que ella combina con el maquillaje noir que recuerda a Dita Von Teese. Pero con la diva solo comparte esa elegancia, porque ella no ve en la moda ostentación, sino originalidad.
La ropa de segunda mano nunca pasa de moda
Sí, Mon Laferte es una amante de la ropa de segunda, lo dejó muy claro, pero también es coherente con su veganismo, pues no usa una sola prenda que tenga piel de animal, y le parece absurdo gastar tanto dinero en algo que al final de una temporada se deshecha. No cae en el “pecado” del fast fashion.
“Para ser honesta, no me parece que se tenga que gastar tanto dinero en ropa, de repente veo cuánto cuesta un vestido de marca y me asombro, me da hasta vergüenza invertir demasiado en un pedazo de tela. Eso no significa que no me guste la moda, de hecho me encanta, la disfruto, la uso, pero creo que no me gusta seguir una moda, me gusta sentirme bien”, explicó la cantautora.
Pero comprar ropa de segunda o reutilizar prendas va más allá de un capricho. Según un informe de este año de las Naciones Unidas, la industria de la moda, que mueve unos 2,500 millones de dólares en el mundo, es una de las más contaminantes y una de las principales culpables del calentamiento global después de la petrolera.
Texto: Mónica Garzón/Publinews Internacional