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Meghan Markle y el secreto oculto en su velo de boda

La duquesa de Sussex reveló que escondió un recuerdo romántico de la primera cita que tuvo con el príncipe Enrique, el objeto "algo azul" de la tradición anglosajona, dentro de su atuendo nupcial.

Meghan Markle, la duquesa de Sussex, compartió detalles de su boda con el príncipe Enrique con la cadena británica "ITV", como parte de un nuevo programa de dos partes en honor a la reina Isabel II.

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En un adelanto de "Queen of the World", se ve a Meghan mostrando su vestido de novia por primera vez desde que se casó con el príncipe Enrique antes de que sea parte de una exhibición en octubre.

"En algún lugar de aquí hay una pieza, ¿viste? ¿Hay una pieza de tela azul cosida en el interior? Es mi algo azul", anuncia Meghan en un clip mientras inspecciona suavemente el conjunto nupcial.  "Es tela del vestido que usé en nuestra primera cita", agregó Meghan de Sussex con una notable sonrisa.

También reveló que no vio su velo terminado hasta la mañana de la boda.  El velo de tul de seda de 5 metros fue bordado a mano en seda y organza y tenía diseños de flores que representan los países de la Commonwealth, la Mancomunidad de Naciones.

"Para mí era importante, especialmente ahora como parte de la familia real, incorporar a los 53 países de la Mancomunidad", expresa la duquesa, citada en el sitio web de la cadena ITV.

"Sabía que sería una sorpresa divertida también para mi ahora esposo, que no sabía, y quedó realmente en la luna al descubrir que haría esta elección para nuestro día juntos".

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El emotivo recordatorio no fue la única tradición de la que la novia participó ese día, ya que su "algo prestado" vino de la propia monarca.

La expectación mediática de la boda con sede en Windsor fue enorme, con las calles de la localidad plagadas de miles de personas que no quisieron perderse la boda real.

La ceremonia ha dado comenzó ese día pasadas las 12:00 horas hora local, pocos minutos después de que llegara la reina Isabel II y el grupo de pajes y damas que acompañaron a la novia.

Con un elegante vestido blanco y velo sujetado con una tiara, Markle bajó del automóvil, un antiguo Rolls-Royce Phantom IV, que la llevó desde el hotel Clividen, donde pasó la noche, hasta el templo, donde le esperaba Enrique, vestido con el uniforme del regimiento de caballería “Blues Royals” del Ejército británico.

Fue una velada inolvidable.

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