La película “Alpha” es una aventura épica ubicada en la última era del hielo, que narra la fascinante y visualmente admirable historia que arroja luz sobre los orígenes del mejor amigo del hombre. Durante su primera cacería con el grupo élite de su tribu, el joven Keda se lastima y debe aprender a sobrevivir solo en medio de la naturaleza.
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Renuentemente doma a un lobo solitario abandonado por su manada y los dos aprenden a depender uno del otro para convertirse en improbables aliados que afrontarán incontables peligros y abrumadoras desventajas para encontrar su camino a casa antes de que llegue el invierno.
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Y cuando los primeros pobladores de la Tierra se esforzaban hace 20 mil años para superar obstáculos a largo plazo (una era de hielo persistente) e inmediatos (sobrevivencia del más apto) se forjó una histórica relación entre enemigos que cambió para siempre al mundo, creando un afecto intenso y duradero que refleja nuestra humanidad compartida hasta la actualidad.
“Quisimos narrar un relato, de manera universal, que fuera personal para cualquiera alrededor del mundo”, explicó Daniele Sebastian Wiedenhaupt, guionista de “Alpha”
Instintos animales
Tan pronto como Studio 8 adoptó el proyecto, se incorporó al equipo Mark Forbes, experto entrenador de animales de Birds & Animals Unlimited, ubicado en California, para investigar sus opciones.
“En la cinta hay grandes secuencias donde únicamente son el lobo y el chico en un viaje”, explica Forbes.
“Eso sería casi imposible de realizar con un lobo pues estos animales son inquietos, asustadizos y difíciles de entrenar, así que hicimos una búsqueda intensiva por todo el planeta. Al fin elegimos al perro lobo checoslovaco, pues tiene el aspecto más parecido y el más apto para el entrenamiento”, añade.
"Eso sería casi imposible de realizar con un lobo, pues estos animales son inquietos, asustadizos y difíciles de entrenar. Elegimos a un perro lobo checoslovaco, pues tiene el aspecto más apto para el entrenamiento”, agregó.
Los perros lobo fueron creados por el ejército checo en la década de 1950; son una cruza entre un pastor alemán y un lobo de los Cárpatos. La raza no es común, pero está reconocida en Europa y clasificada como una categoría de exposición.
Forbes se sacó la lotería cuando encontró en Francia a Chuck, de cinco años, un perro de exposición que también usan como semental.
“Lo pusieron en el auto y lo llevaron a la exposición canina. Así que pudimos socializar, lo cual fue genial para nosotros pues significó que no debíamos comenzar de cero”, recuerda Forbes. Los otros perros lobo en la manada provienen de España y las Islas Orkney, en Escocia.
Con información de Columbia Pictures