Los ojos del mundo podrán estar puestos sobre Kate Middleton y Meghan Markle, pero hace 30 años estaban sobre la princesa Diana y la duquesa de York, Sarah Ferguson. Tenían una relación compleja, que a lo largo de los años, pasaron de mejores amigas a rivales.
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La relación entre Diana y Sarah en realidad comenzó mucho antes de ser miembros de la familia real ya que ambas descendían de William Cavendish, cuarto duque de Devonshire. Sus madres se conocían desde la secundaria, pues asistieron a la escuela juntas, y aunque Diana y Sarah crecieron de cerca, se hicieron amigas en 1980, cuando Diana tenía 19 años y Sarah 21.
Las dos compartían los mismos amigos e intereses.
Sarah Ferguson, de 58 años, estuvo casada con el príncipe Andrew, duque de York, durante 10 años. Ella todavía se conoce como la duquesa de York o con el sobrenombre de Fergie.
A medida que la relación de Andrew y Sarah se hizo más seria, ella hizo sus primeras apariciones con la familia real. Esto le causaba mucha ansiedad a Fergie, pero Diana la acompañó en sus primeros pasos. Incluso, le prestó un vestido y la acompañó al un evento oficial. Más tarde, Sarah explicó en su autobiografía 'Mi historia' que estaba especialmente nerviosa con los fotógrafos reunidos, y recordó:
"Miré a mi amigo con perplejidad. \'Sigue sonriendo\' susurró Diana. Y lo hice, como lo haría durante los próximos años. Siempre me sentí segura al imitar a Diana".
Sarah impresionó a la Reina poco después de su boda en 1986, al obtener su licencia de piloto; conquistó al príncipe Felipe al tomar el manejo de carro abierto, uno de sus pasatiempos favoritos; y sobresalió en el tipo de deportes que a la realeza le encanta; pero Diana no era buena, incluyendo el esquí y la equitación.
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Diana reveló a su biógrafo, Andrew Morton, que Fergie "cortejó a todos en esta familia y lo hizo muy bien. Me dejó como basura". La princesa agregó que el príncipe Carlos le dijo: "Me gustaría que fueras como Fergie, toda alegre".
Cuando Diana y Sarah se volvieron más infelices tanto en sus matrimonios como en la corte real, se apoyaron mutuamente. Aunque ambas fueron grandes amigas, la prensa se encargó de difamar que eran rivales. Su amistad cayó dramáticamente unos seis meses antes de que Diana muriera en 1997. Diana se negó resueltamente a responder a cualquiera de las llamadas de Fergie.
Sarah incluyó en su libro una anécdota en la que insultó a la princesa de Gales. La Duquesa dijo que se contagió un hongo en los pies después de usar un par de zapatos que le prestó a Diana.
Lady Di dejó de tener contacto con ella y, a pesar de los intentos de Fergie por arreglarla, nunca volvieron a hablar.
Por Nueva Mujer