“Si va usted a Guatemala, después de visitar las estelas y pirámides mayas y esa joya colonial que es Antigua, le ruego que vaya al Oriente del país y haga un alto en la ciudad de Zacapa”, son las palabras con las que Mario Vargas Llosa inicia su última columna de opinión.
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“Esta es una región menos turística que otras pero, raspando un poco, está también llena de sorpresas y maravillas. Para comprobarlo, diríjase sin vacilar a la Tercera calle, en el barrio de Las Flores, donde, en el número 1794, encontrará una antigua casa que ostenta este título singular en su fachada: 'Asociación zacapaneca de contadores de cuentos y anécdotas'”, añade.
El laureado escritor peruano visitó el departamento de Zacapa, en Guatemala, para conocer a la Asociación zacapaneca de contadores de cuentos y anécdotas, y esta experiencia la inmortalizó en su espacio en el diario El País, con una columna que tituló: “Los cuenteros de Zacapa”.
El autor, considerado uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, habla acerca de la importancia de la narrativa tradicional y la fantasía en la cultura actual.
“Zacapa es uno de esos islotes que todavía mantienen viva aquella viejísima costumbre de crear historias con la imaginación y la palabra, y contarlas para vivirlas y hacerlas vivir a quienes las escuchan”, comenta el escritor.
“Me conmueve mucho la idea de todo un pueblo que espera el anochecer fantaseando una vida paralela a la real, más intensa, variada y atrevida que la meramente vivida, una vida que nos desagravia de lo que le falta a la verdadera para hacernos felices”, agrega.
La colaboración con el periódico “El País” de Vargas Llosa, nombrado miembro de la Real Academia Española en 1994 y cuya obra ha sido traducida a más de 30 idiomas, comenzó en 1993.
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Otras frases llamativas de Vargas Llosa en esta columna son:
- Contar cuentos es el antecedente remoto de la literatura, de la historia, de las religiones, y acaso, indirectamente, la locomotora del progreso.
- La “oralidad” contribuyó de manera decisiva a impulsar la civilización desde las épocas de la caverna, el canibalismo y las pinturas rupestres hasta el viaje de los hombres a las estrellas.
- Los cuentos, las historias inventadas, hacían vivir más a nuestros ancestros, sacaban a hombres y mujeres de las cárceles asfixiantes que eran sus vidas y los hacían viajar por el espacio y por el tiempo, y vivir las vidas que no tenían ni tendrían nunca en su menuda y escueta realidad.
“Zacapa ya es conocida en el mundo por el ron que produce, una de esas bebidas ardientes de las que no me atrevería a hablar porque nunca las he probado”, explica el reconocido autor.
“Pero debería serlo también por sus cuenteros y por mantener viva aquella herencia que llega hasta nosotros desde las remotísimas épocas prehistóricas, y gracias a la cual la vida ha sido menos incomprensible, dura y rutinaria, tanto que nos vimos obligados para no extinguirnos de tristeza, a inventarnos esa magia, inventar y contar, a fin de hacer la vida más digna y llevadera”, añade.
Para leer la columna original, puedes ingresar en este link.