Hace 15 años, Los Simpsons ya advirtieron que Donald Trump se postularía como candidato para ser presidente de los Estados Unidos. Su creador, Matt Groening, incluso aseguró que ganaría las elecciones y llevaría al país a la quiebra. Ahora parece que a Homero Simpson le ha llegado la hora de elegir de verdad.
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“No puedo ¡no puedo! No puedo hacer el amor hasta haber decidido a quién votar”, dice Marge al comienzo del video, interrumpiendo sus besos. Homero lo soluciona a su manera: buscando la respuesta en la televisión: “lo haremos a la manera estadounidense”, afirma Homero
Lo que el matrimonio capta en la televisión es la parodia de un spot propagandístico para las elecciones de 2008, titulado al igual que el vídeo de los Simpson, 3 a.m. En el anuncio original, que apoyaba a Hillary Clinton, una voz en off decía: “Son las 3 a.m y sus hijos están dormidos y a salvo, pero un teléfono suena en la Casa Blanca. Algo está pasando en el mundo, y tu voto decide quién responderá a esa llamada”.
En la siguiente escena se puede ver al ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, respondiendo para darse cuenta de que no es para él, sino para su mujer, la actual candidata demócrata. Hillary toma el teléfono y le dice a Bill: «Sí, a partir de ahora siempre es para mí».
Después se muestra a Donald Trump también en la cama mientras lee “Los grandes discursos de Adolf Hitler”, recibiendo otra llamada de emergencia. El candidato republicano, en cambio, no toma la llamada. Primero tuitea que está contento con el exilio de Elizabeth Warren, la senadora demócrata que recientemente le criticó, después le pide a su equipo que inscriba su nombre en el monumento a Lincoln, más tarde que haga que el gobernador de Nueva Jersey y exprecandidato a la Presidencia Chris Christie se coma un gusano, a continuación que disuelva la Otan y, por último, que le hagan unos huevos revueltos. Después se somete a un tratamiento de rejuvenecimiento, con peculín incluido, y, por fin, atiende la llamada. Tras ver este anuncio, Homero dice que votará por Trump, pero como Marge se irrita por la respuesta, cambia de opinión. «Así es como me convertí en un demócrata», asegura, antes de finalizar con un irónico mensaje: “Pagado por los estadounidenses que están empezando a extrañar a Obama”.