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Ni Miranda Priestly, la desalmada jefa de “El diablo viste a la moda” o Kevin Spacey en “Quiero matar a mi jefe” llegan al nivel de Jiang Yang, entrenador de motivación que humilló a los empleados de un banco en público azotándolos. Por supuesto, su acción se hizo viral.
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Yang “puso a prueba” a los casi 200 trabajadores del Banco Comercial Rural, establecimiento de la localidad de Shangzi que quiere “avanzar en su rendimiento”, según su página web. Y esto consistió en seleccionar a los ocho peores en sus pruebas y castigarlos.
Básicamente, Yang los expuso en público. Les preguntó por qué obtuvieron las peores notas. Les dijo que eso era fallar a la compañía. Luego comenzó a azotarlos. Una de las mujeres trata de escabullirse de los golpes y eso provoca que el entrenador le de con más fuerza.
El video fue grabado el sábado pasado por uno de los testigos y comenzó a circular por las redes sociales chinas. Muchos han criticado que esto viola los derechos fundamentales y es una humillación brutal. Por su parte, Yang defiende su método como una de las vías “más efectivas de sus funciones”.
Pero eso no fue todo. Hubo 16 banqueros a los que se les rapó la cabeza como castigo. Otros trabajadores defendieron los azotes como “parte de la jornada de formación”.
Ante el escándalo, el banco despidió a dos ejecutivos encargados de estas jornadas de motivación. Además indemnizarán a los ocho acusados, reportó el periódico Beijing Daily Journal.
Así los educan
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El libro “El himno de batalla de las mamás tigre”, escrito por Amy Chua, causó polémica hace cinco años por cómo la mujer elogiaba los duros métodos de crianza hacia sus hijos. Ella revelaba que en China quedar segundo es casi como ser un perdedor y que estaba bien decirles a sus hijos que lo eran.
De hecho, ella afirma que en China no hay espacio para la mediocridad y que los logros académicos de sus hijos revelaban la educación de los padres. Para los padres chinos, hacerles bullying es una forma de motivación. Ella afirma que en China a una niña se le puede decir “marrana” si está gorda y que su padre la llamaba “basura” si no obtenía los logros esperados.
Por supuesto, muchos chinos que fueron criados así tienen foros y espacios en la web donde afirman que este método, ni de chiste, les ha dado los resultados esperados. De hecho, les dejó traumas psicológicos.