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No dejes pasar la oportunidad de disfrutar de esta obra a cargo de actores profesionales en el teatro “Manuel Galich” en la Universidad Popular (10 calle 10-32, zona 1), hoy 1 de noviembre en dos funciones (16:00 y 19:00 horas). Admisión: Q75.
Sin duda es uno de los íconos del teatro y las artes del país. María Teresa Martínez, quien nació en 1936, ha recibido innumerables reconocimientos nacionales e internacionales por su calidad y trayectoria artística, en 71 años que le ha dedicado a las artes escénicas, vuelve a poner en escena una de las obras tradicionales para esta época. “Don Juan Tenorio” se presentará por décimo primera vez consecutiva bajo la dirección de la consagrada actriz guatemalteca. “En Guatemala hay tres tradiciones para esta época, comer fiambre, ir al cementerio y ver ‘Don Juan Tenorio’”, comenta Martínez, quien bajo su tutela se presenta la obra el viernes 30, a las 20 horas; el sábado 31, a las 16 y 20 horas, y el domingo 1 a las 16 y 19 horas, en el Teatro Manuel Galich de la Universidad Popular, 10a. calle, 10-32, de la zona 1. La admisión es de Q75.
“Mi papá, Alberto Martínez, empezó una tradición artística en la familia. Aunque muchos no lo saben él puso en escena ‘Don Juan Tenorio’ por primera vez en 1924, siendo un adolescente. De ahí la tomó en serio en 1937 y la hizo sin parar por 35 años hasta que su salud se lo impidió. Acompañé a mi padre por 14 años actuando en la obra empezando en el papel de doña Inés”, menciona la actriz.
La obra quedó en pausa por algunos años hasta que María Teresa Martínez decide retomar, ahora como directora de la obra, el proyecto en 2005. “Me decidí a volver a poner en escena esta obra por homenaje a mi padre y por Guatemala”, menciona. “Si él hizo una tradición de esta obra por tantos años, quise que no se perdiera y después de tantos años creo que ya se está convirtiendo en leyenda”, menciona.
Entre admiración, respeto y mucha responsabilidad
Para María Teresa llevar a cabo cada año esta obra es una combinación de emociones. Por un lado está el impacto de seguir lo que su padre empezó y que sus generaciones siguen en pie, su hija ahora como directora y su nieta Gretchen Fabiola Barnéond Martínez, que heredó el papel de Doña Inés, y la responsabilidad de presentar un producto de calidad al público. “Esta obra es un compromiso muy fuerte con el público, ya que siempre deseo que se vayan contentos de lo que fueron a ver y no salgan defraudados; con mis actores, a quienes les exijo, aunque a veces no me hacen caso, que den lo mejor que puedan y que vibren con mucha energía y que se la transmitan al público; y por último el respeto que le tengo a esta obra, a mi padre y al autor original del libreto, don José Zorrilla y Moral. Esto me pone nerviosa cada vez que presento esta producción teatral”, explica.
Una obra muy exigente
Después de tantos años siempre hay algo nuevo a la hora de llevar esta producción a escena, especialmente por lo que transmiten sus diálogos. Y es que “Don Juan Tenorio” es una obra muy exigente, ya que está escrita en verso y estos necesitan de una musicalización vocal que debe ser transmitida de una manera para que el acto tenga sentido. “Si uno recita las cosas línea por línea no transmite la forma en que está escrita. Uno tiene que analizar por qué se están diciendo las cosas, el sentimiento del personaje en ese momento, cómo está anímicamente y emocionalmente. Eso es lo que más les exijo a ellos. Que hagan las cosas de adentro afuera. Ellos están transmitiendo algo con la voz, el cuerpo y la cabeza”, comenta.
Las emociones personales hay que dejarlas bien guardadas
María Teresa Martínez le ha dedicado toda su vida al teatro. Empezó desde niña con la pasión y el amor por las tablas escénicas. “Este recorrido inició a los siete años y desde entonces me enamoré de esta profesión”, explica. “Hay que saber que uno como actor transmite mucho estando encima de un escenario y frente a un público, hay que dejar las cosas personales en casa, las tragedias, las decepciones, los lutos, los enojos bien guardados en una gaveta en el hogar, para no transmitir e interrumpir lo que se quiere decir con el personaje. El teatro es un templo y no se profana”, explica.
El mejor regalo que puede recibir
En sus 71 años de carrera María Teresa Martínez quisiera que una persona que sabe qué se sufre para hacer arte en Guatemala le dé un regalo especial. “Tengo años pidiendo lo mismo. Si al gobierno le interesara bastante la cultura del país sería un lindo regalo de Jimmy Morales, que sabe lo que cuesta hacer arte en Guatemala, que nos dé dos salas de teatro para proyectar más el arte. Teatro lo hemos hecho sin dinero, lo que necesitamos es más espacios de expresión”, finaliza.
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