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Llorar cristales parece salido de un episodio de realismo mágico, como el que alguna vez plasmó Laura Esquivel en su famosa “Como Agua para Chocolate”.
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Pero lejos de la literatura y más cercana a un raro caso médico, está la historia de la maestra de escuela Laura Ponce, en Brasil. Sus lágrimas son prácticamente grandes placas de lo que parecen cristales. Se le acumulan a tal punto que debe faltar a su trabajo para quitárselas.
Ha sufrido de este mal desde los 15 años. Apenas parpadea, otra plaqueta sale de su ojo. En el oculista ha tenido que remover hasta 30 por día. Y por 20 años, ha impresionado a los doctores con su caso.
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Eso, hasta que un doctor llamado Raul Goncalves, del Hospital de Olhos de Bauru, descubrió que lo que ella tiene es un exceso de queratina, la misma sustancia que compone partes del cuerpo como las uñas. Ahora este la está tratando.
En la galería podrán ver algunas enfermedades oculares que sí tienen fácil tratamiento. Para leer la información desde un smartphone o tablet, seleccionen “ampliar galería” y luego “mostrar texto”.