La arquitectura es, además de la técnica de proyectar y diseñar edificios, un arte. Sin embargo, a veces las estructuras desarrolladas por los arquitectos no son concebidas ni con las funciones estéticas y ni prácticas deseadas.
El edificio que se desplomó como una ficha de dominó
Este edificio de 13 pisos cayó en shanghái de una manera muy peculiar, no hacia abajo, como en un derrumbamiento, sino de lado, como una plancha.
El edificio ‘walkie talkie’
El llamado edificio “walkie talkie” es conocido porque los cristales de sus ventanas generan un potente efecto lupa cuando le da el sol capaz de calcinar cualquier cosa que se encuentre en su camino: desde deshacer parcialmente el retrovisor de un automóvil.
El edificio que no deja dormir a un vecindario
La torre beetham, situada en la ciudad de manchester, tiene revolucionado a todo un vecindario. La aleta superior del edificio emite una vibración cuando hace viento, el cual produce un molesto ruido.
El rascacielos que casi destruye Manhattan
Una vez construído este rascacielos se descubrió que no podría soportar vientos de más de 112 km/h. Ante la llega del huracán “Ella”, el edificio amenazaba con caerse y provocar un demoledor efecto dominó. Esto motivo que se tuviera que reformar el inmueble, las obras se ejecutaron de noche para no generar alarma social.
El Palacio de las Artes de Valencia
Santiago Calatrava es uno de los arquitectos más conocidos del mundo, pero su obra siempre está envuelta en polémica por sus sobrecostes y sus errores de funcionalidad. Es el caso del Palacio que costó 478 millones de euros y cuya fachada empezó a agrietarse, desprendese y abombarse tan sólo siete años después de su inauguración.
El puente más absurdo
El Pont del Riuet estaba situado en la localidad mallorquina de Porto Cristo, estaba construido casi encima de viviendas de particulares. Muchos de los vecinos afectados no podían abrir las ventanas de sus casas, fue demolido hace años.
El hotel de Pyongyang
Es el hotel inacabado más grande del mundo, en principio iba a suponer un símbolo del poderío econonómico del régimen juche de Corea del Norte, pero tras tres años de construcción, las obras se paralizaron por falta de fondos.
Las ventanas que caían al vacío
El edificio John Hancock de Boston fue muy innovador y revolucionario en la década de los 70. Sin embargo, un error de cálculo no previó que los cristales empezarían a caer unos meses después. Como solución de emergencia, se sustituyeron por paneles de madera.
El ascensor que no lleva a ninguna parte
Pese a la ausencia de un edificio que lo contenga, este ascensor se ha hecho muy famoso en la isla de Mallorca. Pertenece al complejo de palma arena y, cuando lo hicieron, a nadie pareció que le sorprendiera que no había un edificio alrededor
La Torre inclinada de Pisa
Quién le iba a decir al arquitecto encargado de diseñar la torre inclinada más famosa del mundo que se le recordaría más por un error que por sus aciertos. Los débiles cimientos han inclinado esta torre a lo largo de la historia, fascinando a turistas y trayendo de cabeza a las autoridades que han tenido que hacer varios ingenios y reformas para que la torre no se acabara cayendo.