El legendario productor de música norteamericano Quincy Jones, de 81 años, volvió a los orígenes presentando en el festival de jazz de Vienne, en Francia, a cuatro talentos del género, entre ellos el pianista cubano Alfredo Rodríguez.
El productor de los tres primeros álbumes de Michael Jackson en solitario, y premiado con 27 Grammys, inició su larga carrera como trompetista en la orquesta de Lionel Hampton.
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El jueves por la noche presentó en el festival de Jazz de Vienne, cerca de Lyon, a cuatro ‘joyas’: la cantante canadiense Nikki Yanofsky, el pianista Alfredo Rodríguez, el guitarrista eslovaco Andreas Varady y el pianista norteamericano Justin Kauflin, que es ciego.
“Fueron ellos los que me encontraron, y es genial, porque cuando yo era joven, Clark Terry, Ray Charles y Count Basie se ocuparon de mí”, dijo el veterano artista.
“Son buenos porque trabajan duro”, afirma ‘Q’, como se le conoce, después de soltar una de sus máximas: “no se puede encontrar el éxito antes del trabajo”.
El más joven de los cuatro, el virtuoso Andreas Varady, que se inscribe en la línea de Django Reinhardt y George Benson, tiene apenas 16 años.
“Estos muchachos nos van a recordar lo que es la buena música”, afirma Quincy Jones.
Alfredo Rodríguez, muy aplaudido por el público, resume la filosofía común de los cuatro: “estamos en la misma onda”.
“Yo quiero expresar y compartir lo que soy con la gente traduciéndolo en forma de música. No soy un pianista de jazz, un pianista clásico o un pianista cubano. Me considero un improvisador, y eso es lo que somos todos. Quincy es el que me lo ha enseñado”, explica Rodríguez.
AFP