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El drama en la vida de Nelson Ned

Éxitos, excesos y redención marcaron la vida y carrera del "Gigante de la Canción", quien falleció ayer por complicaciones de una neumonía.

Foto: AQPRadio/Archivo Foto: AQPRadio/Archivo

Inversamente proporcional a su estatura, así fue la vida y obra del cantante brasileño Nelson Ned, quien con más de 50 años en la música romántica vivió no sólo de la dulzura y reconocimiento de una carrera marcada por los éxitos, sino que su andar estuvo marcado por la desventura y los excesos, y este domingo, tras más de una década de altibajos en su salud, perdió la vida a los 66 años.

Luego de pasar más de medio siglo recorriendo todo el mundo, enamorando al público de todos las latitudes e idiomas con sus baladas y romanticismo, el intérprete de temas como “Déjenme si estoy llorando” murió en un hospital de Cotía, en la región metropolitana de Sao Paulo, como consecuencia de una neumonía grave.

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Esta noticia sólo fue el desenlace de una salud deteriorada que hizo al cantante, de 1.12 metros de estatura, vivir en una clínica de reposo y que lo llevó a ser ingresado el sábado en un hospital de Granja Viana.

Desde 2003 el ídolo brasileño comenzó a tener problemas de salud, provocados por accidente vascular cerebral al que más tarde se le sumó la pérdida de la visión en el ojo derecho; recibió fisioterapia para contrarrestar la parálisis del lado derecho, pero tuvo que pasar sus últimos años en una silla de ruedas.

También padecía diabetes, hipertensión arterial y Alzheimer en fase inicial.

Andar artístico

Su carrera inició a  los 15 años, aunque fue tres décadas después, con el tema “Yo también soy sentimental”, que el cantante originario de la pequeña ciudad de Ubá conoció el verdadero éxito.

Paralelamente, ”El gigante de la canción” reconoció en más de una ocasión su debilidad por las drogas, el alcohol y las mujeres, lo cual significó durante mucho tiempo su “perdición”, como él llamó esta etapa de su vida.

El estrellato lo hizo sucumbir ante las drogas y con ello empezar una vida “promiscua” y plagada de escándalos que incluyen violencia doméstica, que con su conversión al cristianismo buscaría redimir en 1993.

Ned se refugió en la religión, aunque siempre aclaró que no era religioso, sino un hombre que encontró a Cristo, quien lo había salvado, y en la década pasada lanzó su autobiografía “El pequeño gigante de la canción”, en la que compartía esta experiencia.

Desde entonces interpretaba con éxito música religiosa que grabó en discos, tanto en portugués como en español.

Con 45 millones de álbumes colocados por todo el mundo, Nelson Ned fue el primer latino en vender un millón de discos en el mercado estadounidense, donde se presentó junto a Julio Iglesias y a Tony Benett, logrando llenar cuatro veces el mítico Carnegie Hall de Nueva York.  Se casó dos veces y tuvo tres hijos.

Agencias

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