Se trata de un estudiante de psicología de California, Estados Unidos llamado Travis Sigley y vive de abrazar personas, este joven cobra 75 dólares la hora por una sesión en la que abraza, charla, y se acurruca con sus clientes.
El joven cree que el contacto físico con otra persona ayuda a superar situaciones de ansiedad y angustia, así como a generar confianza en uno mismo y en los demás.
Sigley trabajaba como stripper y a través de su profesión descubrió que mucha gente lo buscaba para hablar sobre sus problemas y sentirse acompañado, antes que para ver un streaptease.
Sin embargo sus sesiones no tienen ningún componente sexual. Travis cuenta que la mayoría de sus clientes son mujeres u hombres homosexuales, ya que por más de que no haya nada sexual, a los varones heterosexuales no les atrae mucho la idea de acurrucarse y charlar con un hombre desconocido.