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Debi Nova, la cantautora costarricense que debes conocer

Si te gusta la música de Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Julieta Venegas, Carla Morrison y Gaby Moreno, debes escuchar las canciones de Debi Nova, sobre todo su último álbum, "Gran ciudad".

“Gran ciudad” es el nuevo álbum de la costarricense Debi Nova, cantautora que radica en Los Ángeles y que ha sido nominada a un Latin Grammy.

La artista cumple el anhelo de la intérprete de grabar un disco completamente en vivo y nos permitirá tener un acercamiento íntimo a experiencias personales que de una u otra manera se convirtieron en historias ideales para quedar plasmadas en la letra de una canción.

El álbum lo grabó en Río de Janeiro, y se mezcló en Los Ángeles. Incluye 11 canciones de las que se desprenden los sencillos promocionales "Gran ciudad", "Dale Play" y "Hábito".

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Publinews conversó con ella acerca de las nuevas canciones, su experiencia al grabar en vivo y el lugar que tiene una cantautora centroamericana en la industria musical actual.

¿Cómo te sientes de estar presentando un nuevo disco?

Feliz, es muy emocionante. En particular, este me tiene muy contenta porque siempre había tenido el sueño de hacer un disco completamente grabado en bloque, en vivo, como se hacían los discos antes, que los músicos se reunían en un estudio, y ¡vámonos!

Lo grabamos en Rio de Janeiro y la posproducción fue en Los Ángeles. Son 11 canciones que me tienen muy contenta, que escribí a lo largo de 12 años. Como “todo parto”, es una mezcla de emoción y ojalá le vaya bien.

El sonido es mucho más delicado al de tus grabaciones anteriores…

Sí, eso tiene que ver con la suavidad y elasticidad de que todo el proceso fue muy humano, nada programado, salvo unos detalles pequeños. No sé si la sensualidad de la música brasileña tuvo que ver, porque eso se respira y los músicos eran brasileños.

¿Cómo fue la experiencia de grabar con todos los músicos juntos en el estudio?

Me gustó mucho. Siento que esta carrera es muy solitaria y aislada, menos ese momento en que uno está en el escenario trabajando con músicos y creando algo que nunca se ha hecho antes. Es la magia del presente. También el público se incluye.

En el caso del disco, aunque no había audiencia, quise recrear eso para no sentirme a solas con el productor y que a los minutos se grabara otro instrumento. Hubo complicidad.

¿Cómo fue trabajar con el productor, Mario Caldato Jr (productor de los Beastie Boys y Jack Johnson, entre otros)?

Increíble. Él es una persona supermusical. Es alguien que aprecia los momentos humanos. Se fijó mucho en la frescura del momento y no le gustaba analizar mucho las cosas. Quería capturar una emoción más que la perfección.

No me dejó cantar una canción más de cuatro veces. Si a la cuarta ocasión no había cantado algo bien, entonces decía que no funcionaría. Es alguien que ha hecho discos que me gustan mucho y que lo tenía en mi listado de manifestaciones futuras y deseos, gracias a Dios lo conocí.

El sencillo que le da el nombre al disco, “Gran ciudad”, habla de los sueños y, sobre todo, le diste un toque optimista a las aspiraciones…

Sí, sin duda, eso viene con el otro lado de la moneda. Lo que dices es interesante, porque la gente me pregunta sobre “la chaqueta azul”. El concepto de “la chaqueta azul” lo incluí en la canción para materializar un sueño, hacerlo más humano.

Uno cree que todos los problemas se arreglarán cuando llegue a Los Ángeles, o cuando llegue el trabajo nuevo, pero realmente, son las cosas pequeñas las que debemos apreciar.

En mi caso, la llegada a Los Ángeles estuvo acompañada de mucha ilusión y aspiración, pero al mismo tiempo de una realidad de que estaba sola y que extrañaba a mi familia y a mi novio. Todos esos altos y bajos fueron los que traté de plasmar en las 11 canciones de “Gran ciudad”.

¿Cómo puede una cantautora centroamericana comenzar a buscar su identidad en Los Ángeles?

Es duro. Me ha tomado muchos años. No sé si al final de cuentas, uno termina entendiendo quién es. Creo que parte de la búsqueda como artista es siempre estar explorando sus límites, raíces e historia; y ver cómo eso se traduce en una canción.

Para mí, fue muy importante trabajar con otros artistas esos primeros años, para no encerrarme en un medio. Cantar con el cantante de pop Ricky Martin, el guitarrista de jazz Norman Brown o el baladista Franco De Vita fue una especie de escuela para que yo pudiera sentarme a escribir mis canciones.

¿Cuál crees que es el lugar de cantautoras latinoamericanas, como tú, en la industria musical actual que se está centrando el géneros como el urbano y el reguetón?

Hay lugar para todo, y público para todos los gustos. En los últimos años, el movimiento de cantautoras latinoamericanas ha crecido. Recuerdo cuando llegué a Los Ángeles que estaban las mexicanas Julieta Venegas y Natalia Lafourcade; en Argentina, estaba Loli Molina; en Chile, Francisca Valenzuela; y en Guatemala, Gaby Moreno.

Esta música se comercializa y no tiene nada que ver con lo que suena en la mayoría de las radios. Tal vez no es lo que vende más o se ve en lo alto de los listados de popularidad, pero las mujeres tenemos fuerza.

Están los sencillos “Gran ciudad”, “Hábito” y “Dale Play”. ¿Hay otra canción que nos recomiendes escuchar?

“No nos sobran los domingos” es una de mis favoritas. Después de escribirlas todas, siento que si elijo una como favorita es como quedarle mal al resto de hijos, pero “No nos sobran los domingos” tiene algo especial.

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