En tiempo de invierno piense en plumillas de alta calidad

Plumillas de calidad y en buen estado facilitan en todas las condiciones climatológicas una visión clara, factor de importancia máxima para la seguridad del conductor y los acompañantes.

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Ahora que las fuertes lluvias han inundado calles y avenidas, y han complicado la movilidad a una gran parte de los automovilistas de la ciudad, es importante que pensar en los elementos de seguridad que eliminen al máximo la posibilidad de accidentes.

Se puede pensar en la revisión de los frenos, del sistema eléctrico, incluso de la sincronización del motor. Pero de lo que no hay duda que vale la pena cambiar son las plumillas del carro.

Junto a dispositivos tales como los frenos ABS o el airbag, las plumillas son elementos decisivos en la seguridad durante la conducción.

Plumillas de calidad y en buen estado facilitan en todas las condiciones climatológicas una visión clara, factor de importancia máxima para la seguridad del conductor y los acompañantes.

Por ejemplo, mecánicamente las plumillas deben eliminar agua y suciedad en más de 500.000 ciclos de limpieza, lo que corresponde a la superficie de 52 campos de fútbol, muchas de las plumillas que podemos encontrar en el mercado Guatemalteco distan mucho de cumplir con dicho estándar, algo que plumillas de la calidad de Bosch lo demuestran en su desempeño y duración.

En principio, todas las plumillas parecen buenas, pero hay que usarlas prolongadamente para apreciar las diferencias de calidad.

También hay requisitos químicos, como que el caucho con que se fabriquen sea resistente a los ácidos y bases suspendidos en la lluvia, y al ozono.

Además, deben ser resistentes al calor (80 C) y al frío (-30 C).

El proceso de limpieza de nuestras plumillas, funciona según el principio de la fricción mecánica entre un elemento móvil (la plumilla) y un elemento en reposo (el windshield), con la ayuda de un medio humectante (agua o un producto especializado), tal como funcionan los párpados sobre los ojos y las lágrimas.

Lo decisivo para un efecto de limpieza óptimo es la presión superficial entre el filo del caucho y el vidrio.

El filo es el elemento más importante de la plumilla porque tiene como tarea esparcir la película de agua sobre el vidrio y eliminarla sin dejar residuos.

El perfil del filo debe ser finamente cortado para que la superficie de contacto sea lo más aguda posible y retire el agua con precisión.

Tiene que ser elaborado en un caucho natural duro que permita trasladar la presión de la plumilla sobre el vidrio y sin deformarse.

Pero la base debe ser flexible, para que el filo efectúe óptimamente los intervalos de inversión sin que se produzcan ruidos durante el barrido.

Las plumillas de última tecnología, ya no poseen la típica estructura metálica, sino que cuentan con un sistema “invertebrado” fabricado a base de fibras de caucho de mejor calidad esto provoca aprovechar al máximo las masas de aire que se aproximan en frente del carro para aumentar la presión sobre el vidrio y proveer el mejor barrido del agua.

De esta forma, cuando compre las nuevas, fíjese que en la caja vengan todas estas cualidades. Recuerde que es por su seguridad.

Si enciende los limpiaparabrisas y se aprecian ojos de grasa o aceite, lave con un limpiavidrios fuerte tanto el vidrio del carro como el labio de las plumillas.

Si al paso de los limpiaparabrisas quedan líneas de agua, cámbielos. El filo ya está deformado y no cumple correctamente con su función.

Si el limpiaparabrisas tabletea sobre el vidrio, cámbielo; esto es provocado por la pérdida de flexibilidad del caucho que se ha resecado por el sol.

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