El FC Barcelona, uno de los clubes de fútbol más emblemáticos del mundo, se encuentra en el centro de una tormenta legal después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona imputara al club por cohecho en el conocido ‘Caso Negreira’. Este caso ha estado en el foco de atención debido a los 7,5 millones de euros que el club pagó a José María Enríquez Negreira, quien fungió como exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros durante nada menos que 17 años.
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El juez Joaquín Aguirre ha determinado que este pago constituye un delito de cohecho, y varios nombres prominentes, incluyendo a Josep Maria Bartomeu, Sandro Rosell y los propios Negreira, han sido imputados en este escándalo.
Acusaciones contra el FC Barcelona
El juez Aguirre ha dejado claro que el delito de cohecho se consumó con la realización del pago, independientemente de si existió o no corrupción sistémica en el arbitraje español como resultado de estos fondos. Lo que hace que este caso sea especialmente intrigante es la forma en que el FC Barcelona optó por efectuar estos pagos. En lugar de recurrir a métodos de pago tradicionales, el club utilizó una metodología novedosa que plantea serias dudas sobre su legitimidad. Para el juez, esto podría indicar una “posible corrupción sistémica” en el Comité Técnico de Árbitros, ya que José María Enríquez Negreira tenía el control sobre el sistema de calificación de los árbitros.
Según señala ‘El Confidencial’, el cohecho es un delito que no requiere la demostración de la alteración de partidos específicos y conlleva sanciones más severas que el delito de corrupción entre particulares que se había considerado anteriormente en el caso del FC Barcelona. A pesar de la imputación del club, no se espera que se produzcan detenciones, según fuentes policiales.
En este turbio asunto, el cohecho no es el único delito que está en juego. Además del soborno, José María Enríquez Negreira, Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu y los exdirectivos Soler y Grau enfrentan cargos por delitos continuados de corrupción en los negocios en su modalidad de fraude deportivo, administración desleal y otro de falsedad en documento mercantil. Estas imputaciones arrojan una sombra aún más oscura sobre la reputación del FC Barcelona y sus antiguos líderes.
