Teléfono móvil inteligente en mano, un computador, una consola, videojuegos, el llamado Free Fire, los famosos y virales trends son hoy en día el mundo que envuelve a los niños y la juventud. Atrás quedaron épocas doradas donde la sana diversión, entre esto las chamuscas, se podría practicar en las calles de las distintas zonas, barrios y colonias de Guatemala.
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Un país sin tanta violencia permitía que la niñez y juventud disfrutara de actividades más recreativas y deportivas. Los espacios para la práctica del deporte, el futbol, se hacía en campos abiertos o en los mismos callejones o terrenos baldíos.
Armar antes una chamusca era fácil. Solo se necesitaba de un grupo de niños, los cuales se dividían en dos equipos, y un balón para hacer de aquellos momentos, uno mágico. No había marcaciones del terreno de juego, las porterías solían ser dos piedras o botes, los cuales se encontrabas entre los residuos acumulados en las calles. Y las reglas, las benditas reglas, esas corrían a cargo de los participantes.
Las reglas
La niñez tenía un sentido de competencia enorme, pero había que marcar reglas de juego, aunque esas a veces jugaban en contra de ciertos intereses. A continuación repasamos aquellas reglas doradas que se implementaban en las chamuscas de antaño.
- Los dos mejores no podían estar en el mismo equipo: Cada uno para un lado y eligen los equipos
- Ser elegido al último era una gran humillación
- Un equipo jugaba sin camiseta.
- El peor de cada equipo iba en la portería, a menos que alguien por voluntad propia eligiera ser el portero
- Si nadie acepta ser portero, se adoptaba una rotación, un gol cada uno (algunos se dejaban hacer gol para salir de la portería)
- El dueño de la pelota jugaba en el mismo equipo que el mejor jugador
- No había arbitro
- Las faltas eran marcadas con el grito. Tenías que gritar como si se hubiera quebrado una pierna para tenerla
- Las lesiones como separar el dedo gordo del pie, rallar la rodilla, sangrar la nariz y otras eran normales
- Quién tiraba lejos la pelota tenía que ir a buscarla
- El partido terminaba cuando todos están cansados, cuando llega la noche o cuando la madre del dueño de la pelota le decía que se vaya a casa
- Incluso si el marcador era 15-0, el partido terminaba con quien hace el último gol
- Por ningún motivo había que tratar mal al dueño de la pelota, pues, se podía enojar e irse para la casa con pelota y todo.
¿Tú, recuerdas otra regla de oro de las chamuscas de antaño?