El gol de Carlos Mejía en la noche del 4 de julio quedará grabado en la memoria de todos los fanáticos del fútbol guatemalteco. El talentoso atacante nacional se convirtió en el protagonista al minuto 75, marcando el gol que impulsó la remontada histórica de Guatemala sobre Guadalupe, con un resultado final de 3-2. Este triunfo aseguró la clasificación de la selección guatemalteca a los cuartos de final del torneo, dejando una huella imborrable en la historia del fútbol nacional.
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Con el empate 2-2 en el marcador, Guatemala se encontraba al borde de la eliminación. Sin embargo, fue en ese momento crucial cuando Carlos Mejía se convirtió en el protagonista indiscutible. El atacante guatemalteco, conocido cariñosamente como ‘Cuilapa’ Mejía, no se dejó intimidar por las circunstancias y demostró su determinación y valentía, tan solo 7 minutos después de haber ingresado por Esteban García.
El gol de Mejía estuvo cargado de emociones y momentos agónicos. Mientras se dirigía a rematar, el destino quiso que se encontrara en el camino con el árbitro costarricense Juan Gabriel Calderón. Pero esto no disminuyó en lo más mínimo el ímpetu de Mejía, quien, sin dudarlo, siguió adelante en busca del balón.
Con habilidad y destreza, el delantero guatemalteco recortó a un defensor y, con su zurda, lanzó un potente remate desde el borde del área. Fue un disparo lleno de pasión y entrega, en el que Mejía puso todo su corazón. El balón se encontró con las manos del portero Daby Rouyard, pero con un giro impredecible, se coló en el fondo de la red, desatando la euforia en las gradas y en todo el país.
El gol de Carlos Mejía no solo selló la victoria de Guatemala, sino que también garantizó su avance a la siguiente fase como líder del grupo. La selección guatemalteca demostró una vez más su capacidad para sobreponerse a la adversidad y luchar hasta el último instante.
Un partido para la historia
La hazaña de Carlos Mejía quedará grabada en la memoria colectiva de los fanáticos del fútbol guatemaltecos como un momento épico y trascendental en la historia del deporte nacional. Su determinación, habilidad y coraje son un reflejo del espíritu indomable de la Azul y Blanco, que con el apoyo de la afición, ha logrado superar obstáculos y alcanzar nuevas metas en la Copa Oro.
Además del vital gol de Mejía, este partido también tuvo como histórica la atajada de Nicholas Hagen, quien al minuto 87 detuvo un penal a Matthias Phaeton, que de entrar pudo haber terminado con el sueño de la selección nacional en el evento que se convirtieron en sensación.