Romelu Lukaku fue uno de los jugadores más señalados por la eliminación de la selección de Bélgica, que cayó en primera fase tras empatar 0-0 ante Croacia en el cierre del grupo F y se despide a las primeras de cambio por primera vez desde 1998.
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Con el silbatazo final del partido, las cámaras se fueron detrás de Lukaku, quien dejó una serie de emociones arraigadas a la rabia, enojo y tristeza que le generaba no haber podido ayudar a su combinado nacional a conseguir el boleto a octavos de final. Esta manera de vivir el resultado de Lukaku se han hecho virales en las redes sociales.
Entre los detalles emotivos se encuentra que no pudo contener las lágrimas y sobre el césped del Ahmed Bin Ali tuvo que ser consolado por Thierry Henry, miembro del cuerpo técnico de Roberto Martínez. El delantero francés le acogió como un padre y le ayudó a tomar la calma tras el batacazo.
Aunque no todo quedó en un acto emotivo para el delantero belga, ya que también sacó su lado más radical. Visiblemente molesto, con un puñetazo rompió uno de los laterales de plástico del banquillo en el que estuvo el cuadro belga a lo largo del empate 0-0 ante Croacia y sin inmutarse siguió su camino.
Hasta el momento, Lukaku no ha dado ninguna declaración sobre el encuentro que significó la eliminación del cuadro belga, el cual que iniciará un nuevo proceso luego de que su entrenador Roberto Martínez anunciase tras el duelo que deja a los “Diablos Rojos”.
Lukaku, un partido para el olvido
El delantero que ingresó tras la reanudación en la segunda parte tuvo su primera ocasión de gol al minuto 59′ con un balón que le quedó a modo para su pierna menos hábil (derecha) y con un potente remate estrelló la esférica en el poste croata.
Dos minutos después volvió a tener la oportunidad de abrir el marcador con un remate de cabeza, a puerta vacía, pero su cabezazo se va por arriba y dejaba sensaciones de que el gol estaba al caer. La tercera y última acción que lamentó el delantero llegó al minuto 86′, tras una serie de rebotes el balón le quedó a modo para empujarla al fondo de la red y su remate se fue desviado, lo que le dio vida a los croatas.