El halo, esa pieza de titanio situada por encima del cockpit de los monoplazas de Fórmula 1 para proteger al piloto, volvió a cumplir su cometido este domingo en el espectacular accidente producido unos segundos después de la salida del GP de Gran Bretaña, en Silverstone.
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“Estoy OK, todo está claro. El halo me salvó”, declaró el piloto chino Zhou Guanyu en su cuenta de Twitter poco después de haber abandonado el centro médico del circuito británico.
“Nunca es agradable ver cosas así y quedó demostrado una nueva vez hoy que el halo mejora enormemente la seguridad”, declaró por su parte el piloto neerlandés Max Verstappen. “Creo que sin él, Zhou se encontraría en otro estado diferente”.
Según las imágenes del accidente producido en la salida de esta 10ª prueba del Mundial de F1, los monoplazas de Pierre Gasly (AlphaTauri), George Russell (Mercedes) y Zhou Guanyu (Alfa Romeo) entraron en contacto al acercarse a la primera curva.
El monoplaza de Zhou Guanyu se salió de la pista boca abajo y terminó al otro lado de las barreras de seguridad, en el espacio que separa la pista de los espectadores.
En ese violento choque, el halo, esa pieza de titanio de 10 kilos diseñada para resistir un peso de 12 toneladas, demostró una vez más su utilidad y su efectividad.
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Halo
Desde su implantación en F1 en la temporada 2018, ese apéndice demostró su pertinencia en varias ocasiones.
Como en 2018 en el Gran Premio de Bélgica cuando, percutido por el alemán Nico Hülkenberg (Renault), el McLaren de Fernando Alonso salió por los aires y terminó sobre el Sauber de Charles Leclerc. Si el monegasco no sufrió daños fue en gran parte gracias a esa pieza.
“Es una buena prueba” de su utilidad, había asegurado entonces Alonso.
O como en septiembre de 2021 en un impresionante choque entre Max Verstappen (Red Bull), entonces líder del Mundial de F1, y su perseguidor Lewis Hamilton (Mercedes), en el Gran Premio de Italia en Monza, que habría podido tener consecuencias dramáticas sin esa pieza.
“El halo salvó sin duda la vida de Lewis”, había afirmado aquel día el patrón de Mercedes Toto Wolff.
Criticado por varias razones a su llegada, por su forma antiestética y por su impacto en la visibilidad de los pilotos y espectadores, el halo dio prueba una vez más este domingo de su eficacia.