La principal estrella de la natación actual, el estadounidense Caeleb Dressel, ha conseguido reencontrar la motivación justo a tiempo, antes de afrontar como gran favorito el Mundial de Budapest, que arranca el sábado.
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Con cinco medallas de oro, Dressel fue la figura de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, batiendo además dos récords del mundo, en los 100 metros mariposa y en el relevo 4×100 metros estilos.
A pesar de ese impresionante balance, Dressel no dudó en compartir un cierto malestar y cómo de difícil le resultaba gestionar la presión. “Tengo ganas de todo menos de nadar”, llegó a decir tras su participación en la piscina nipona.
Como otras estrellas del deporte en los últimos años, como la tenista Naomi Osaka o la gimnasta Simone Biles, Dressel (25 años) ha roto el tabú de la salud mental en el deporte de alta competición al hablar públicamente sobre las dificultades que encuentra en el camino. Ha llegado incluso a compartir públicamente fragmentos de su diario íntimo.
El nadador estadounidense explicó que, a pesar de sus cinco oros olímpicos en Tokio, que sumó a los dos que había logrado en Rio-2016, se quedó decepcionado porque las expectativas eran más elevadas.
“Acababa de ganar cinco medallas de oro en el mayor evento deportivo del mundo y estaba pensando que tendría que haber nadado más rápido”, contó recientemente a Graham Bensinger, un periodista de su país que recoge regularmente confesiones de grandes deportistas.
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“Completamente perdido”
El regreso a la vida normal ha sido complicado para el nadador de Florida, que admitió tener problemas para encontrar el equilibrio entre su vida diaria y su nuevo estatus de estrella del deporte.
“En realidad, todo lo que quería era encerrarme con llave en una habitación y no hablar con nadie”, declaró.
“Me sentía completamente perdido. Quería escaparme lo más lejos posible del agua, pero al mismo tiempo el agua es uno de los lugares en los que me siento más seguro. Así que fue un momento realmente difícil. He sido realmente infeliz durante varios meses”, añadió.
Hoy, después de haberse tomado una pausa y haberse perdido varias competiciones en la parte final de 2021 y de haber cambiado de entrenador, el multicampeón olímpico afirma sentirse fuerte mentalmente.
“Necesitaba un tiempo lejos de todo esto”, estima.
“A finales de enero comencé a sentirme en forma. Hago tiempos en los entrenamientos que no había conseguido antes. Es un buen sentimiento, sentir que estás de regreso”, celebró.
Dos horas, tres títulos
En Budapest, Dressel se reencuentra con el Duna Arena, la piscina en la que su carrera despegó a lo grande en 2017. Ese año, cuando la natación buscaba un sucesor a Michael Phelps y sus 23 títulos olímpicos, Dressel (entonces con 20 años) brilló con siete títulos mundiales.
Hizo incluso historia en aquella ocasión al colgarse tres medallas de oro en menos de dos horas, encadenando éxitos en los 50 metros en estilo libre, los 100 metros mariposa y el relevo 4×100 metros estilos mixto.
A partir del sábado, Dressel tiene previsto participar en cuatro pruebas individuales (50 y 100 metros libre, 50 y 100 metros mariposa), con el objetivo de seguir progresando con sus cronos.
“Mi objetivo en el deporte es mejorarme a mí mismo, no vencer a los rivales”, explicó en un podcast presentado por el exnadador australiano Brett Hawke.
En la capital húngara, la otra estrella será probablemente una compatriota de Dressel, Katie Ledecky. En ausencia de su rival australiana Ariarne Titmus, que ha preferido concentrar sus esfuerzos para los Juegos de la Commonwealth, la siete veces campeona olímpica intentará seguir ampliando su colección de oros mundiales, que es ya de quince.
Los otros grandes nombres de las carreras de velocidad en piscina en Budapest podrían ser la australiana Kaylee McKeown, triple campeona olímpica en Tokio, o la joven Summer McIntosh, que a sus 15 años es la gran esperanza de la natación canadiense.
* Con información de agencia AFP.