El debate sobre, si hubo negligencia médica en la atención de convalecencia de Diego Maradona, comenzó este lunes con una junta de 20 peritos.
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El dictamen final será emitido dentro de dos o tres semanas por la comisión ad hoc, formada por 10 peritos oficiales y 10 en representación de las partes, bajo la sospecha de que la muerte de Maradona pudo ocurrir por abandono de persona o ser un homicidio culposo (involuntario).
El capitán emblemático de la selección albiceleste, campeón del Mundial de fútbol México-1986, murió el 25 de noviembre pasado a los 60 años, en su lecho de enfermo de una residencia temporaria al norte de Buenos Aires, a causa de sendas crisis cardíaca y respiratoria.
Personal médico es responsable, dicen hijas de Maradona
En la última declaración judicial de dos de sus hijas, Jana y Gianinna, éstas volvieron a “situar como médicos tratantes a (la psiquiatra) Agustina Cosachov, a (el neurocirujano) Leopoldo Luque y a (el psicólogo) Carlos Díaz”, dijo Rodolfo Baqué, abogado de una de las enfermeras involucradas en la última indagatoria de los fiscales el 26 de febrero.
Investigados en la causa, y por lo tanto imputados, están los tres profesionales mencionados por las hijas, además de una enfermera, un enfermero, una médica coordinadora y un coordinador de enfermeros.
Maradona había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre. Poco antes, el 30 de octubre, asistió en mal estado de salud al festejo de su cumpleaños 60 en el estadio de Gimnasia La Plata, cuyo equipo dirigía.
Aquel día en el estadio platense, a 60 km al sur de Buenos Aires, fue la última vez que apareció en público quien había sido aclamado por millones de aficionados en todo el mundo.
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Testigos aseguran que sufría adicciones al alcohol y a los psicotrópicos. Después de su retiro estuvo varias veces al borde de la muerte por dolencias del corazón y consumo de drogas.
“La última vez que Gianinna (31 años, diseñadora de indumentaria) visitó a Maradona lo había notado muy hinchado. En semanas previas a su fallecimiento presentaba un deterioro tanto físico como cognitivo”, dijo Baqué.
Las penas en Argentina por abandono u homicidio culposo van de cinco a 15 años de prisión.