Con los termómetros marcando 22ºC y el cielo despejado, como es costumbre, la prueba femenina de la 94ª edición de la carrera de San Silvestre, en Sao Paulo, arrancó primero.
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La keniana Pauline Kamulu dominó la mayor parte del circuito de 15 kilómetros que atraviesa puntos importantes del centro de la ciudad. Pero fue superada en la recta final del recorrido por su compatriota, Sandrafelis Tuei, de 20 años, quien cruzó la línea apenas 17 segundos antes.
El tercer lugar también fue peleado. La keniana Esther Kakuri y la etíope Mestawut Truneh iban parejas. La definición llegó en los últimos metros, cuando Kakuri aceleró pero no consiguió mantenerse al frente, siendo superada por Truneh, que conquistó su espacio en el podio.
Nuevamente, Brasil no tuvo protagonismo en el cuadro vencedor. La local mejor colocada fue Jenifer Nascimento Silva, que llegó de octava con un tiempo de 54 minutos y 5 segundos.
Cierre de infarto
Poco después se dio la largada masculina. Menos definida que la femenina, esta edición mantuvo a siete corredores de Kenia, Etiopía y Uganda peleando lado a lado por el primer lugar.
El cuadro se definió en la última parte del trayecto, cuando el etíope Dawitt Admasu (vencedor de las ediciones 2014 y 2017) y su coterráneo Belahy Bezabh se destacaron del pelotón.
Bezabh repuntó en el último tramo del circuito y cruzó la línea final con un tiempo de 45 minutos y 5 segundos.
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El bicampeón Admasu culminó en segundo lugar y el también etíope Amdework Walelegn en tercero.
Al igual que en la versión femenina, este año tampoco hubo brasileños en el podio. El primero de los locales en cruzar la meta fue Giovanni dos Santos, quien llegó en octavo lugar.
Más fiscalización
La carrera de San Silvestre es una tradición de fin de año de la capital económica de América Latina. También se celebra en otros países, incluyendo Guatemala.
Este año participaron unas 30 mil personas, pero además de los atletas, centenas de personas se congregan en la Avenida Paulista (marco postal de la ciudad y punto de partida y de llegada del circuito) para aupar a los competidores y prepararse para el cambio de año.
Muchos de los presentes, como es costumbre, llegan disfrazados.
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Esta conocida avenida es también el palco de la fiesta pública de Año Nuevo de la ciudad, que cuenta siempre entre sus atracciones con artistas nacionales reconocidos.
La organización prometió controles más rígidos en esta edición para evitar que personas que no formalizaron su inscripción se infiltren en la carrera.
La prueba, que fue bautizada con el nombre del santo que murió un 31 de diciembre, se celebra ininterrumpidamente desde 1924.
*Con información de AFP
