“Vive la experiencia de la Vuelta a Guatemala”, en apoyo a la Fundación de Amigos contra el Cáncer (Fundecán), es el nombre de la prueba que tendrá lugar el jueves 1 de noviembre (7:30 horas) previo al banderazo de salida de la décima y última etapa de la competencia que reunirá a partir del martes a más de cien corredores.
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El evento servirá para apoyar la causa de la Fundación de brindarle tratamiento a mujeres de escasos recursos a las que se les ha detectado cáncer de mama.
El mismo consistirá en el recorrido de una vuelta (17 kilómetros) al Anillo Periférico, en el que luego vendrá la coronación del campeón de la Vuelta.
Sin límite de edad y sin importar su condición física, todos los participantes serán parte de la carrera contra la enfermedad a la que luego se unirán los participantes de la Vuelta, los cuales usarán en sus manubrios un listón rosa en apoyo a quienes luchan contra la enfermedad.
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Un propósito sobre ruedas
“Al igual que el año anterior, lo que intentamos es hacer que la Vuelta llegue en diferentes formas a los guatemaltecos. Esta vez esperamos que muchos se unan al propósito de colaborar con las causas nobles y el lado más humano de la carrera”, expresa Stuard Rodríguez, presidente de la Federación de Ciclismo, quien fue parte de la iniciativa de llevar a Fundecán el evento y su recaudación económica en forma íntegra.
- Fundecán atiende a mujeres de escasos recursos que padecen cáncer de mama.
- El costo del tratamiento ronda entre los Q50 mil y Q120 mil.
- La meta de la actividad es recaudar el monto para cubrir el tratamiento para un centenar de pacientes.
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Nunca se sintió lejos del pelotón ganador
Aunque sobre la ruta sufrió una caída en 2015 cuando le fue diagnosticado el cáncer en el seno izquierdo, esta nunca fue tan grande como su determinación por vencerlo.
Durante 16 meses, Jéssica Mayén hizo equipo con sus seres queridos para encaminarse a una intensa lucha en la que superó diferentes etapas hasta cruzar la línea de meta y volver a estar 100% saludable.
Sobre la marcha, una intervención quirúrgica, seis quimioterapias y 36 radioterapias fueron necesarias para que Jéssica se recuperara.
Aún así, ella considera que lo que vino después, cuando intentaba recuperarse psicológicamente y recibió de su esposo una biciclieta, fue algo de gran importancia para la oportunidad que la vida le otorgó para seguir adelante.
“Tengo dos años de hacer bicicleta luego de que me declararon limpia del cáncer, que era una de las metas más grandes que alcancé… le doy infinitas gracias a Dios por ello y por permitirme vivir el día a día. Cuando estamos en la ruta no soy la ciclista más veloz, pero le pongo mucho amor y cuando escucho a las personas decirme ‘¡Vamos, ánimo, venciste al cáncer!’, me hace sentir de una forma muy especial”, comparte.