"No es un show, he dejado sangre, sudor y lágrimas en el cuadrilátero", la luchadora guatemalteca, que pertenece al bando de los rudos. Hoy es la mejor de Centroamérica y su fama cobra cada vez más auge.
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Llegó vestida con traje de oficina, tacones, maquillada y con el cabello arreglado. Es madre soltera de dos pequeños y trabaja como recepcionista en una empresa de la zona 10 capitalina, en donde mantiene su sincretismo. A simple vista no da la impresión de ser ruda, al contrario. Sin embargo, cuando se pone su máscara y se sube al cuadrilátero todo cambia.
Así es La Hija del Zombie, del bando de los rudos, hoy, la mejor luchadora de Guatemala y de Centroamérica, quien recientemente se convirtió en la primera Campeona Universal AIWA, título avalado por la Federación Mundial de Lucha Libre y el Consejo Mundial de Lucha Libre.
Dinastía Zombie
Proviene de lo que en este deporte se le conoce como una “dinastía”, pues su padre El Zombie, tiene más de 20 años compitiendo. Además, pelean sus hermanos mayores, Zombie Junior y Lady Zombie.
¿Cómo inició tu amor por este deporte?
Somos una dinastía de luchadores. Vengo a la arena desde que era pequeñita, pero no fue sino hasta hace tres años que decidí involucrarme de lleno. Lo llevo en la sangre.
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¿Y cómo te sientes al destacar en un deporte tan rudo?
Orgullosa, pero debo reconocer que requiere de una gran responsabilidad porque represento no solo a esta arena, sino a todo el país. Mi vida ha cambiado, aunque procuro siempre mantener los pies sobre la tierra. Puedo decir que estoy donde quiero.
¿Ha sido difícil este tiempo?
SÌ. Estos años han sido duros. No es un show, en el cuadrilátero hay lágrimas, sudor y sangre, ahí lo he entregado todo.
¿Y has sentido miedo?
Muchas veces tuve miedo y lloré de la impotencia porque me lastimaban sin ninguna consideración, aún los hombres. Ahí arriba no hay familia ni distinción de género, he peleado incluso contra mi hermano y mi hermana, en relevos mixtos. Ahí todos somos iguales.
Y cuando llegas golpeada al trabajo ¿qué te dicen?
Ahí nadie sabe que soy luchadora, así que me toca inventar que me lastimé con algo. A veces piensan que mi exmarido me pega (sonríe).
¿Qué ha sido lo más duro que has enfrentado?
Una lesión de rodilla. En una pelea me la disloqué y al terminar el combate me la estiraron y colocaron en su lugar, fue muy doloroso y me dejó en recuperación seis meses. Pero todo ha valido la pena.
¿Y lo mejor?
Haber ganado el cinturón ha sido lo más grande que he logrado y pienso retenerlo.
¿Y qué otros títulos tienes?
En junio me convertí en la primera mujer en Guatemala en haber adquirido la primera cabellera de una mujer, fue a una salvadoreña. Además, en diciembre gané el Campeonato de Mejor Luchadora del Año, contra seis participantes, entre ellas dos salvadoreñas, fue ahí donde empezó a escucharse mi nombre.
¿Cuál es tu próximo reto?
Tengo muchos proyectos y nuevas retadoras, una de ellas, Lady Apache, la mejor de México. Para eso me preparo, aunque los entrenamientos cada vez son más fuertes. Ella vendrá en busca de mi cinturón, pero aún no hay una fecha definida.
¿Con qué sueñas?
Me gustaría continuar con mi carrera de Administración de Empresas, y a nivel deportivo sueño con luchar en Japón y México, son los retos más grandes.
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En cartelera
El domingo la pelea estelar será por el Campeonato Mundial de Parejas.
Por Guatemala defenderán el título Voltron y el Hijo de Voltron ante los mexicanos el Último Guerrero y Gran Guerrero. Las peleas empezarán desde las 16:30 horas.
La Arena Guatemala-México atiene funciones todos los domingos y está ubicada en la 3a. Avenida 2-38 zona 12, Ciudad Real.
Las entradas para este domingo tendrán un costo de: Q50 para los adultos y Q10 para los niños.
