La detención de Carlos Nuzman, presidente del Comité Olímpico Brasileño (COB), es el más reciente escándalo de una larga saga de corrupción en la mayor economía latinoamericana, que frecuentemente tiene ramificaciones en el extranjero y que salpica a casi todos los niveles de la administración pública.
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Nuzman, que ya había sido obligado a declarar el pasado 5 de septiembre por el caso, fue detenido a primera hora de la mañana en su vivienda en Leblon, un barrio acomodado del sur de Rio de Janeiro. Vestido de traje y corbata, el directivo de 75 años fue trasladado poco después a la superintendencia de la policía.
Foto: AFP
El arresto es de carácter temporal y fue ordenado por un juzgado federal en una operación en la que también fue detenido su “brazo derecho”, el director general de operaciones del Comité Rio-2016, Leonardo Gryner. Ambos son acusados de “corrupción, lavado de dinero y organización delictiva”, informó la policía en un comunicado.
El Ministerio Público (MP) de Rio solicitó el bloqueo de 1 mil millones de reales del patrimonio de los investigados (unos 319 millones de dólares) por los daños causados.
“La prisión temporal de Nuzman y Gryner es imprescindible no solo como garantía de orden público, sino para permitir bloquear su patrimonio, además de impedir que ambos continúen actuando, ya sea criminalmente o en la interferencia de la producción probatoria”, señaló el MP en un comunicado.
Los fiscales aseguran que Nuzman, presidente de la COB desde 1995, amplió su patrimonio un 457 % en los últimos 10 años sin que quede claro su origen y también que trató de ocultar su riqueza (a menudo en el exterior) a las autoridades, citando que solo declaró que tenía 16 barras de oro de 1 kilogramo cada una después de que fue interrogado hace un mes.
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“Unfair play”, Parte II
La operación de este jueves fue bautizada “Unfair Play – Segundo Tiempo” y es una derivación de la realizada en septiembre, en la que Nuzman fue interrogado por sospechas de que fue el “punto central de conexión” de la presunta trama para favorecer a Rio, finalmente sede de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica de la historia.
Foto: AFP
Las autoridades brasileñas, apoyadas por las francesas, estimaron que el exgobernador de Rio Sergio Cabral (que cumple condena por corrupción pasiva y blanqueo de dinero) era el cerebro de ese esquema, que supuestamente pagó 2 millones de dólares en sobornos al senegalés Papa Massata Diack, hijo del antiguo presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) Lamine Diack.
El empresario Arthur Soares, conocido como “Rey Arturo”, uno de los principales contratistas del gobierno de Cabral, habría sido el encargado de efectuar ese pago apenas tres días antes del voto del Comité Olímpico Internacional (COI), en octubre de 2009, cuando Rio se impuso a Chicago, Madrid y Tokio.
Los fiscales de Rio aseguran que recopilaron nuevos elementos que prueban “de manera irrefutable” cómo se hicieron estos pagos.
Por ejemplo, a través de un mail en el que Papa Massata pide directamente a Nuzman ayuda para “el proceso final”.
Estas pruebas demuestran que Nuzman y Gryner “fueron responsables de hacer los contactos y aceptar las relaciones para organizar el mecanismo de pago de sobornos de Sergio Cabral directamente a miembros africanos del COI", asegura la fiscalía.