Rafael Nadal, el número uno del mundo, y Kevin Anderson, el hombre más alto que jamás haya llegado a una final de Grand Slam, disputarán este domingo el título del Abierto de Estados Unidos en Nueva York.
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Dos hombres que se conocen desde niños se medirán desde la misma altura: un tenis de excelencia que les ha llevado a esta final, en la que Nadal pondrá su 1.85 de estatura frente a los 2.03 de Anderson.
"En la cancha todos tenemos el mismo tamaño, pero su ventaja es que tiene un saque temible. Suelta unos castañazos, que vaya", dijo Nadal al referirse a las virtudes de su rival.
El español, viene de pasarle por encima en semifinales al argentino Juan Martín del Potro por 4-6, 6-0, 6-3, 6-2.
Nadal buscará su tercer título en el torneo y el 16 de Grand Slam de su carrera cuando enfrente a Anderson, sembrado en el puesto 28, que selló su primera final de un grande venciendo al español Pablo Carreño Busta por 4-6, 7-5, 6-3, 6-4.
El juego se disputará a partir de las 14 horas en Guatemala y la transmisión en vivo puede seguirse por medio de ESPN.
El Open que puede marcar la historia para ambos
Son dos hombres que llegaron a la cúspide del tenis mundial en el último Grand Slam del año perseguido por las lesiones, pero que a fuerza de voluntad sobrevivieron a sus heridas de guerra para estar el domingo en pista central de Flushing Meadows.
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Nadal estuvo durante años estuvo atormentado por lesiones en la rodilla, pero ahora dice estár disfrutando de "una temporada feliz".
"Lo que es más importante, más que ganar Slams, es ser feliz", dijo Nadal, de 31 años.
"Estoy contento si estoy sano y feliz si me siento competitivo la mayoría de las semanas que estoy jugando y eso es lo que sucedió este año", añadió.
Anderson, primer sudafricano en la final de un Grand Slam desde Kevin Curren en el Abierto de Australia de 1984, también fue perseguido por múltiples percances físicos que amenazaron incluso con acabar con su carrera.
Después de ingresar en el décimo lugar del 'top ten' a finales de 2015, al siguiente le persiguieron las dolencias en el hombro y el tobillo, y una lesión más grave en una cadera, que le hicieron caer al puesto 87 de la ATP.
"Me dijeron que tenía que ser operado, pero después de consultar a varios médicos, me di por vencido e hice la rehabilitación durante dos meses, siete u ocho horas al día, y aquí estoy", confesó.
El sudafricano sabe a quién tiene enfrente. Se conocen dese pequeños y, aunque Nadal siempre estuvo por delante, y le aventaja en los encuentros del circuito ATP (4-0), asegurá que peleará hasta el final "cada pelota, cada game, cada set".
Anderson podría darle a su país un segundo título importante después de la coronación de Johan Kriek en el Abierto de Australia en 1981.
Nadal, por su parte, peleará por su segundo Grand Slam del año, en su tercera final de un torneo grande del circuito. Anderson por su primer título de Gran Slam, el más importante de su carrera.
El 2017 ha sido el año del resurgimiento de Nadal: campeón en Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roland Garros y finalista en el Abierto de Australia, Acapulco y Miami.
La corona del US Open sería la guinda de un pastel que el español espera compartir con su tío Toni Nadal, el hombre que ha estado todos estos años entrenándolo para ser un gigante en la historia del tenis.
Será el último Grand Slam que compartirán, pues Toni ha decidido dar un paso al costado para dedicarse por completo a la Academia Nadal en Manacor.
"Igual estará ahí. Vive a 300 metros de mi casa, entreno en la Academia. Es mi tío y me seguirá dando consejos, pero tiene derecho a hacer lo que le hace feliz: entrenar a gente joven", dijo Nadal.
* Con información de agencias