Marzo y mayo fueron meses que marcaron en una forma muy difícil a los británicos luego de dos atentados que crearon un ambiente de tensión e incertidumbre entre los habitantes de estas ciudades y de otros rincones del país en cuanto al tema de la seguridad
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Las pérdidas humanas, los heridos y, en menor medida, los materiales, pusieron en alerta a las autoridades locales junto con el cuerpo de policía y otros de socorro, además de haber llamado fuertemente a la reflexión al comité organizador de la cita mundialista y obligaron a ésta a redoblar los cuidados.
A las afueras del estadio Olímpico, en Stratford, al este de Londres, el cordón que divide el paso de vehículos, hace una revisión exhaustiva de los que están autorizados por la organización y se han hecho restricciones para el transporte público que ahora se coloca en estaciones que están, al menos a un kilómetro del Parque Isabel II.
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La entrada de peatones a la instalación deportiva que se abrió con ocasión de los Juegos Olímpicos de 2012 se retrasa, al menos, por 20 minutos en la que los agentes hace una revisión a detalle con detectores de metales en bolsos y verifica que los boletos para ingresar a los graderíos puedan autenticarse con sensores electrónicos.
Es una fuerte presencia de los miembros de la seguridad privada y de elementos de la policía de Londres, al punto que un agente está colocado cerca de cada entrada en el reciento y áreas de circulación común dentro de la sala de prensa y el ingreso a la pista del estadio.
"Tenemos un compromiso por brindarle a todos los seguidores del atletismo la calma y la paz que necesitan para disfrutar de un espectáculo de primer nivel", explicó en forma reciente Sebastian Coe, miembro del Comité Organizador y que hace cinco años tuvo