Un día en el que esperaban celebrar otra victoria de Bolt sobre la pista terminó en lo contrario para los seguidores del velocista quien partió como el favorito para quedarse con el triunfo en el Campeonato Mundial de Atletismo y tuvo que conformarse con la medalla de bronce.
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Aunque los gritos de "Usain Bolt, Usain Bolt!!!" acompañaron su camino por la pista una vez que terminó la prueba en el estadio Olímpico de Stratford, la desazón del resultado negativo y la victoria del estadounidense Justin Gatlin en la prueba reina fueron más que evidentes.
Entre los jamaiquinos que llegaron en una buena cantidad y los locales que apoyaron al "Rayo" en la búsqueda de su undécimo título mundial quedó la sensación amarga de un tropiezo que no esperaban y que no sucedía desde el Mundial de Daegu, Corea del Sur, en 2011, cuando una salida en falso le costó la descalificación y favoreció el triunfo de su compatriota Yohan Blake.
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Gatlin, quien no es del agrado de los jamaiquinos, fue el gran villano de la noche y se ganó numerosos abucheos y los reclamos a su paso por la zona mixta en donde era esperado por muchos periodistas.
Fue Bolt quien dio el ejemplo de deportividad cuando le estrechó la mano y abrazó al que fue su gran rival durante muchos años, ahora dos veces campeón mundial (Helsinki 2005 y Londres 2017) y que finalmente le superó en el anunciado cierre de su carrera.
Para el velocista la oportunidad de cerrar con broche de oro su trayectoria será en los relevos 4×100 metros en el que formará equipo junto con tres de sus compatriotas en la jornada del domingo 13 en el mismo escenario en el que se quedó corto, pero en el que mantuvo la sonrisa y el ánimo hasta el último momento.