El sistema de árbitros asistentes de video de la FIFA (VAR, en inglés) que por estos días causa polémica en la Copa Confederaciones habría abortado, sin piedad, el mito que nació hace 31 años en el estadio Azteca. El 22 de junio de 1986, Diego Maradona consiguió marcar el gol “más hermoso” de la historia de los mundiales, y quizás no hubiera tenido la desfachatez de hacerlo si solo cuatro minutos antes no hubiera anotado otro, quizás más trascendente, y que pasó a la historia como “La mano de Dios”.
En el minuto 54 del partido de cuartos de final del Mundial de México 1986, Maradona condujo el balón encarando al equipo inglés. Cuando jugó con Valdano, parado al borde del área, este intentó controlar, pero un defensa rival despejó el esférico hacia su propio arco. Maradona, que por su impulso quedó frente al arquero Shilton, fue a pelearlo contra él, que medía 20 centímetros más.
Aún así, el balón entró mansamente a la portería inglesa, mientras Maradona corría a celebrar y miró de reojo a los árbitros. Puño izquierdo en alto, el mismo con el que lo había impulsado en el arco de los ingleses, el argentino acababa de realizar una de las jugadas más controversiales de la historia del futbol mundial.
“Lo marqué un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”, dijo Maradona inmediatamente después del partido, que terminó 2-1 a favor de Argentina que luego consiguió la Copa del Mundo.
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La mano de la venganza
“Aunque no creo en eso del determinismo ni que el contexto haya influido para que todo esto pasara, sí creo que todo se le dio a Maradona en el mejor contexto posible”, le dijo a Publinews Internacional Andrés Burgo, periodista argentino autor del libro “El Partido. Argentina – Inglaterra 1986”. “Si hubiese pasado en un Napoli – Empoli, o un Barcelona – Tarragona, el contexto no hubiese hecho a estos goles tan inolvidables”.
La rivalidad entre Argentina e Inglaterra venía desde el Mundial de 1966, cuando Argentina quedó eliminada por los ingleses, que terminarían campeones en su país. Antonio Rattín fue expulsado a los 35 minutos tras discutir con el árbitro alemán Rudolf Kreitlein. Rattín cuenta que pedía un intérprete, mientras que Kreitlein asegura que lo insultó. “Lo vi en sus ojos”, dijo el alemán.
“Creo que todo se le dio a Diego Armando Maradona en el mejor contexto posible”.Andrés Burgo, periodista argentino autor del libro “El Partido. Argentina – Inglaterra 1986”
Todo llevó a que el técnico inglés, Alf Ramsey, calificar a los argentinos como “animales”.
Pero cuatro años antes del Mundial de 1986, la guerra enfrentó a ambos países por unas islas al suroeste del Atlántico. En las Malvinas, o Falklands, murieron cientos de jóvenes argentinos de la misma edad que varios de los jugadores de la selección que jugó en México. Incluso algunos estuvieron a punto de ir a la batalla.
“El simbolismo de la ‘mano de Dios’ se puede resumir en una frase de Jorge Valdano: ‘Es cierto, fue un gol con la mano, pero los ingleses nos han metido un montón de manos’. Esa jugada fue eso, fue una mano que en cierta forma se vengó de otras”, dice Burgo.
Hoy los románticos del futbol festejan el ícono de la picardía, esa que la FIFA busca erradicar del futbol con sus cámaras.
* Con información de Felipe Herrera Aguirre, Publinews Internacional