El Chapecoense se dirigía el 28 de noviembre a Medellín para disputar con el Atlético Nacional el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana cuando el avión se estrelló en las montañas colombianas.
PUBLICIDAD
De las 77 personas que iban a bordo, 71 perecieron. Los otros sobrevivientes son el periodista radial Rafael Henzel y dos tripulantes bolivianos, Ximena Suárez y Erwin Tumiri.
A pedido del equipo de Medellín, la Conmebol declaró campeón del torneo al Chapecoense, que este año disputará por primera vez la Copa Libertadores de América.
En el estadio, un grupo de hinchas portaba una pancarta en la que se leía: "Todos campeones, del tendero al presidente", mientras centenares de origamis con mensajes de homenaje a las víctimas colgaban de las vallas que rodean el césped.
Pese a que la ciudad de Chapecó se volcó con su equipo, el estadio, con un aforo de 20.000 espectadores, no estaba lleno, probablemente a causa del elevado precio de la entrada: 80 reales (25 dólares), en un país golpeado por la crisis y el desempleo.
La mitad de la recaudación se destinará a las familias de las víctimas y la otra mitad a la reconstrucción de club, que contrató a 22 jugadores para recomponer sus filas.