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El periodista brasileño Rafael Henzel, uno de los seis sobrevivientes de la tragedia aérea del Chapecoense conversó con la prensa de su país y dijo que hasta el último segundo en el aire, nadie sabía que iban a estrellarse, en su relato también cuenta sobre la extraña conexión que le permitió a su hijo saber que estaba vivo, sin que nadie se lo confirmara.
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Aún con asombro e incredulidad, y recluido en la cama del Hospital San Vicente de Rionegro, el periodista Rafael Henzel narra cómo el piloto del avión del Chapecoense que se estrelló en Colombia con 77 pasajeros abordo, nunca les dijo que se ajustaran el cinturón de seguridad, ni siquiera segundos antes de estrellarse en una montaña cerca de Medellín.
“En ningún momento alguien de la cabina o la tripulación nos dijo: ‘Ajústense los cinturones"”. “No avisaron lo que estaba por pasar. Seguimos volando sin tener la menor idea de lo uqe iba a suceder”, le dijo al programa “Fanático”, de la televisión de Brasil, quien lo contactó vía telefónica.
Henzel relata que cerca del que debía ser su destino final, la mayoría de pasajeros se preguntaban cuánto faltaba para el aterrizaje, y la tripulación a cargo del piloto Miguel Quiroga, respondió que 10 minutos. “Entonces se apagaron las luces y los motores”, recuerda el comunicador.
Todavía con asombro y tristeza, Henzel cuenta que cuando despertó estaba rodeado de cadáveres. “El momento más triste para mí fue cuando vi a mis colegas muertos a mi lado. Fue muy impactante”, expresó el periodista, que sufrió fractura en siete costillas. “Pensé que era una película o un sueño y que luego iba a despertar. Comencé a observar que venía gente con algunas lunes y empecé a gritar”, agrega.
Sin embargo uno de los momentos más emotivos para Henzel fue cuando se enteró que su pequeño hijo de 11 años presintió que él aún vivía. “Mi hijo de 11 años se golpeaba el pecho y decía que todavía sentía mi respiración. Eso fue muy fuerte para mí”, cuenta Henzel, quien se enteró de lo ocurrido con su pequeño, por medio de varios colegas que fueron a buscarlo a su casa.
