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El expresidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Manuel Burga, fue extraditado a Estados Unidos, donde será procesado por su presunta vinculación a los casos de corrupción en la FIFA.
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Burga, de 58 años y preso en Lima desde diciembre de 2015, fue revisado por un médico en el penal donde ha permanecido en el último año para luego abordar un vehículo del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y trasladarse a la comisaría del aeropuerto internacional, según imágenes de TV.
Según fuentes penitenciarias, Burga permanecerá allí hasta el momento en que deba abordar un avión comercial con destino a Nueva York durante la madrugada del viernes.
La demanda estadounidense acusa a Burga de recibir pagos indebidos por parte del argentino Alejandro Burzaco (dueño de la cadena Torneos y Competencias) a cambio de entregar, junto a otros dirigentes, los derechos televisivos de varias ediciones de la Copa América.
La semana pasada, el Poder Ejecutivo dio el visto bueno a la decisión del Poder Judicial de acceder a la solicitud de extradición de Manuel Burga.
Burga será procesado en Estados Unidos por “asociación delictuosa para cometer delincuencia organizada en agravio de ese país”, precisó el dictamen del ministerio de Justicia que autorizó la extradición.
La Corte Suprema de Lima autorizó en junio la entrega de Burga solo respecto a uno de los dos cargos por los que Estados Unidos pidió su extradición.
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La justicia solo aceptó el delito de “asociación delictuosa y delincuencia organizada en grado de conspiración en agravio de Estados Unidos de América”, pero rechazó el delito de “lavado de dinero y fraude electrónico”.
La fiscalía estadounidense incluyó a Burga en una nómina de 16 altos responsables y exfuncionarios de la FIFA y asociaciones nacionales latinoamericanas, entre ellos los presidentes de la Conmebol y la Concacaf, involucrados en el escándalo de corrupción que sacude desde mayo de 2015 a la organización rectora del fútbol mundial.
Según la prensa, la legislación de Estados Unidos establece penas de hasta 20 años por el delito de conspiración por asociación ilícita para delinquir.
Burga presentó en marzo sus descargos a la Corte Suprema, donde reiteró su inocencia. Insistió en que no recibió ni entregó sobornos cuando estuvo al mando de la FPF, entre 2002 y 2014.
“Soy inocente, no tengo nada que devolver”, dijo el exdirigente deportivo.
Burga dejó la presidencia de la FPF en octubre de 2014 cuando un comité electoral interno lo inhabilitó para postular. Fue reemplazado por Edwin Oviedo, quien sigue al mando de la institución.
