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Yaneth Molina, la controladora que atendió al vuelo del avión que se estrelló en Medellín con 71 pasajeros, entre ellos integrantes del club brasileño Chapecoense, hizo público un comunicado dirigido a sus compañeros y controladores en el que dice haber recibido fuertes amenazas, y aclara que hizo todo lo posible para ayudar en la emergencia.
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El documento fue enviado por correo electrónico y el canal colombiano “Cablenoticias” tuvo acceso a ella. En la carta, Molina expresa su agradecimiento a quienes le han ayudado en este momento tan difícil.
AFP Foto:
“Nuestro trabajo es tan especial que hoy me puso en estas circunstancias de modo tiempo y lugar para enfrentarme a la crudeza de la realidad que resultó de este impase. Puedo afirmar con absoluta certeza que de mi parte hice lo humanamente posible y lo técnicamente obligatorio para conservarle la vida a esos usuarios del transporte aéreo, lamentablemente mis esfuerzos resultaron infructuosos por las razones que son de todos ustedes conocidas”.
“Hoy la vida me puso en esta poco agradable posición de haber tenido que enfrentarme a una situación como la del 28 pasado, situación que por nuestro trabajo nos vemos expuestos todos los días, todos los turnos, esta vez me correspondió a mí y reitero ante ustedes que me han manifestado su apoyo, que todo cuanto hice en la frecuencia fue por preservar la inegridad de los ocupantes de esas dos aeronaves principalmente y por ende de los ocupantes de de las otras aeronaves que estaban bajo mi responsabilidad”, aseguró Molina.
Twitter Foto:
La controladora continuó diciendo que le preocupa su seguridad tras el accidente, pues ha recibido amenazas. “Lamentablemente por causa de mis colegas periodistas he conseguido que personas ignorantes y ajenas a este oficio y sobretodo que ignoran los procedimientos amenacen mi integridad física y mi tranquilidad personal por lo que he estado analizando soluciones al respecto las cuales espero discutir con las directivas de la entidad”, finaliza.
Yaneth Molina fue la controladora que recibió la comunicación en la que el piloto del avión de la compañía Lamia pidió ayuda y autorización para aterrizar, pero después de una breve comunicación con ella, el avión se precipitó a tierra.