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A los 11 años decidió dejar Guatemala e ir en busca de su sueño, competir en la Fórmula 1, meta que dice no es imposible de alcanzar con determinación, fe y trabajo duro. Ian ya ha demostrado su destreza y habilidad, en 2012 se coronó campeón del mundo en Go Karts.
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Sonriente y positivo, su madurez va más allá de su edad (16 años), vive solo en Italia desde los 11 y dice que, aunque no ha sido fácil, cualquier sacrificio vale la pena por alcanzar sus metas.
Ian Rodríguez es el piloto más joven que representa a Guatemala en Europa, su sueño es correr en Fórmula 1, para lo que se esfuerza cada día, aunque para ello tiene que vivir a miles de kilómetros de su familia. Tareas como cocinar y lavar su ropa se han vuelto una costumbre para él.
Su carrera comenzó a dar sus primeros frutos en 2012, cuando se coronó campeón del mundo en Go Karts. Antes, a los 10, fue campeón centroamericano.
El 2016 ha sido un año de mucha experiencia para el guatemalteco, después de haber corrido su primer campeonato en Fórmula 4. Ian visitó la redacción de Publinews para compartir sus vivencias de su carrera deportiva, previo a su regreso a Italia.
¿Cómo nació tu amor por este deporte?
Desde los tres años iba al autódromo a ver correr a mi padre (Carlos Rodríguez) y desde entonces amé la velocidad. Él me apoyó para iniciarme en Go Karts y a los 8 años ya competía a nivel centroamericano.
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¿A qué edad ganaste tu primer título importante?
A los 10 años me quedé con el Campeonato Centroamericano, con lo que gané una beca para asistir al Mundial en Italia, fue una gran experiencia, competí con alrededor de 250 pilotos, y fue cuando decidimos con mi papá que debía competir a un mejor nivel.
¿Qué tan difícil es vivir solo en Italia?
Nada es fácil en esta vida, y menos porque me fui a los 11 años, pero me esfuerzo por realizar mis sueños. Después del Mundial en 2011 me quedé tres meses con mi mecánico para bajar de peso y logré bajar entre 12 y 13 kilos.
¿Valió la pena el sacrificio?
Totalmente, porque el ser liviano es una ventaja en este deporte. Gané las dos carreras que restaban y quedé campeón del mundo en 2012, además gané la última etapa del campeonato italiano.
¿Y qué le siguió al Go Car?
Después pasé a 100 centímetros cúbicos y 125, y en septiembre del año pasado corrí en Fórmula 4, en Imola, gracias a Dios me fue bien, nos ubicamos a mitad del grupo, de 35 pilotos, luego formamos un nuevo equipo que se llama BR7-Beneli, y me tomaron en cuenta como el único piloto del equipo. Este año hicimos todo el campeonato de Fórmula 4.
Corriste con el hijo de Michael Schumacher. ¿Cómo fue esa experiencia?
Muy buena. Él hace el campeonato español, el alemán y el italiano, corre todos los fines de semana y llega con más experiencia a las pistas, pero en la segunda carrera le gané, fue en Monsa. Es un piloto con mucha experiencia.
¿Qué anécdota destacas?
Las mejores me han pasado cuando han tenido que elevar la bandera de Guatemala o poner el himno. En el Mundial, tuvimos que esperar a que buscaran el himno en YouTube, y en Milán, cuando quedé tercero en la categoría rookie, mi mecánico fue a traer la bandera que tenía en el camión. Son anécdotas bonitas.
¿Qué planeas para 2017?
Quiero hacer otro año de Fórmula 4, pero necesitamos mucho apoyo económico, lo hemos tenido de nuestro patrocinador Consulting, pero no basta.
¿Cuánto cuesta correr un año en Fórmula 4?
Haciendo todo el test del año, todas las carreras y llantas nuevas entre otras cosas, más o menos 200 mil euros por equipo al año.
¿Cuál es tu sueño?
Llegar a la Fórmula 1, pero de momento me concentro en lo que hago y mi meta es ganar el campeonato de Fórmula 4 el próximo año, es difícil pero quedé tercero en la general este año, así que no es imposible.
¿Cómo ves el final de la F1?
Nico Rosberg merece ganar, es más honesto en las cámaras, más responsable, y trabaja mucho en lo que quiere. Al final en la pista solo son él y Lewis Hamilton, tienen los mejores vehículos.
¿Cuál ha sido tu secreto para ir en ascenso?
He tenido una vida buena, pero lo que he conseguido ha sido porque soy perseverante y determinado en lo que hago. Hacer todo con amor es la clave, hasta lo que no nos guste.
