0 of 6
PUBLICIDAD
La salida de la etapa siete de la Vuelta a Guatemala fue en San Cristóbal Totonicapán a las 9 de la mañana pero 4 horas antes Rolando Rodas se preparaba para llegar como diablo y dar un mensaje claro.
“Respeto al ciclista” era la petición que el diablo llevó. En San Cristóbal han tenido la triste experiencia de pedalistas atropellados en la ruta mientras practicaban el deporte de sus amores o cuando viajaban al trabajo y estudio.
Rolando se levantó a las 5 de la mañana para preparar la pintura de color negro con la que cubriría su cuerpo, pigmento que era su única defensa contra el frío intenso.
Ropa interior a la vista de todos y una máscara era lo que vestía el diablo quien quiso exponer su piel para concientizar a los conductores de automóviles a que respeten a los ciclistas.
La tradición de los diablos en San Cristóbal Totonicapán tiene unos 90 años y tiene como día principal el 7 de diciembre, explica Rolando.
PUBLICIDAD
El diablo iba de un lado a otro con su tridente y unas ruedas de bicicleta hecha con cartón en la espalda. La baja temperatura no le importó. Su mensaje fue bien recibido, incluso, lo invitaron a subir al escenario para que saludara a la afición, y como cosa poco común , los presentes aplaudieron y le hicieron caso al “cachudo”.