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Después de la premiación al finalizar la etapa 6 de la Vuelta a Guatemala Manuel Rodas lucía el suéter amarillo de líder y había bajado del escenario. A pocos metros se abría paso entre la multitud su esposa Sucely y el pequeño Kevin, quien iba en un triciclo de color rojo.
El abrazo de la familia era lo esperado por los lentes de camarógrafos y fotógrafos. Luego de cruzar la barricada de seguridad llegó el emotivo momento: Manuel le colocó a Kevin el suéter amarillo que identifica al líder de la Vuelta a Guatemala.
Tras la exposición con los medios la prensa sigue conversando con el pedalista, mientras que Sucely y el niño salen del encuadre de los periodistas. Kevin sube de nuevo a su triciclo pero ahora con el maillot amarillo el cual casi arrastra porque no es de su talla.
“Me gusta la competencia” responde con cierta precocidad al preguntarle por qué llegó al circuito. Luego asegura que es feliz “cuando gana trofeos” su papá. Manuel le ha dado muchos motivos para celebrar, desde medallas en campeonatos panamericanos y participaciones en Juegos Olímpicos.
Sucely cuenta que Kevin se levanta temprano por las mañanas con su papá cuando sabe que le toca entrenar. También pide que le pongan su uniforme de ciclista y hasta quiere ayudar a llenar los pachones de abastecimiento. “Yo lo encamino a veces” cuenta Kevin mientras levanta el pulgar derecho para saludar a petición de los periodistas.
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La familia Rodas Castillo ha sabido sobrellevar con paciencia y amor algunas dificultades de salud de Kevin. Los problemas más bien le han “dado fuerzas a Manuel para seguir adelante”, relata su esposa.
Lejos del uniforme y la bicicleta Rodas es un padre amoroso. Cuando regresa a casa “lo primero que hacen ellos es contarse mutuamente cómo les fue en el colegio o en el entrenamiento”, explica Sucely. Luego, los hombres de la casa ven televisión y se quedan dormidos.
Antes de irse con su familia se le pregunta a Kevin qué piensas de Manuel y con una sonrisa responde “es el mejor papá”.