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La realidad por medio de la exigencia del entrenamiento después de unos días de descanso ha vuelto para Jorge Alfredo Vega, quien hace poco celebró uno de los éxitos más importantes de su carrera durante la Copa del Mundo que se disputó en Szombathely, Hungría, en la que subió al podio para recibir las medallas de oro en el piso y de bronce en el salto al potro.
Sin duda ha sido un regreso muy positivo para el campeón de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, también en el piso, quien debido a una lesión en el tobillo tuvo que ausentarse durante gran parte del año del circuito de competencias internacionales.
Un preámbulo de que volvió con fuerza para iniciar el ciclo que espera concluir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 sucedió en Sucre, Bolivia, al haber obtenido dos preseas doradas en el piso y el salto al potro en el Campeonato Panamericano de especialidades.
¿Qué te generan las muestras de admiración y la respuesta de la gente luego de tus resultados en Hungría?
Es algo muy alegre y que da la pauta de que hay un futuro en la gimnasia en el que deben de enfocarse, seguramente no estaré en competencia para entonces y confío en que superarán mis logros.
Durante los próximos eventos entrarán en vigor los cambios de reglas y de calificación para la gimnasia, ¿cómo te preparas para ellos?
Aunque no cuento aquí con una pista oficial, siempre he podido sobreponerme y ahora que varios elementos que dejarán de tener valor en las calificaciones tengo que trabajar en los cambios con los que puedo mejorar.
¿Es este un reto aún más complicado que prepararte para una competencia tan fuerte como el Campeonato Mundial o las Copas del Mundo de la FIG?
Sí, pero la idea es trabajar fuerte para adaptarme lo antes posible al nuevo código para ir con buenas posibilidades para asistir a dos Copas, el Mundial y el nuevo Ciclo Olímpico.
¿Hasta qué punto afecta este cambio tu trabajo, sobre todo en un ciclo que esperas terminar en los Juegos Olímpicos de 2020?
La gimnasia evoluciona cada año no solo para mí, sino también para todos los que la practicamos, ahora es el momento de trabajar y ver quién es capaz de hacer el cambio en la mejor forma.
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Estar en el podio no es algo extraño y lo lograste en eventos como los Juegos Panamericanos en Toronto y en el Campeonato Panamericano en Perú, pero en la Copa del Mundo es otra historia.
Sí, y es algo que me llena de mucho orgullo, la gente vio mi rutina y comenzó a preguntar qué de dónde era, no se imaginaban que alguien de Centroamérica estuviera ahí y me daban ganas de decirles que soy de un país pequeño que posee problemas pero en el que con esfuerzo y sacrificio se pueden hacer cosas muy buenas.
¿Cuál es la recompensa más importante de esta experiencia como medallista en una copa del mundo?
Que el pueblo que me conoce un poco más y eso es algo que me da mucha satisfacción porque quiero ser un ejemplo para la juventud.
¿Cambia en algo tu vida luego de estas dos medallas en una competencia de este nivel?
No, sigo siendo el mismo mal vestido y al que le gusta bailar junto con sus amigos en el parque de la Antigua, me gusta ser esa persona que no cambia por este ni por otro motivo.
La experiencia en esta copa del mundo te dejó claro quiénes serán los rivales con los que coincidirás en todas esas competencias durante el ciclo que viene.
Sí, y es muy difícil porque todos entrenan duro para mejorar, ahora en Hungría competí contra Rok Klavora, de Eslovenia, a quien finalmente le gané pero fue con una diferencia muy corta y eso me confirma que en la gimnasia nunca se sabe qué puede pasar durante la rutina.
¿Cuál es el éxito de la conexión que poseen junto con tu entrenador Sergio Tejeda, sobre todo después de los problemas que afectaron su salud?
Sí, a Dios gracias se recuperó bien luego de su operación y la verdad es que hacemos un buen equipo en el que trabajamos duro y en el que sus consejos son muy valiosos para mí.
