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Dos corredoras que este martes protagonizaron una de las imágenes más bellas y emotivas de los Juegos Olímpicos de Rio, al haberse ayudado la una a la otra para llegar a la meta, recibieron un inesperado pero merecido premio.
Se trata de la neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D’Agostino, quienes fueron aplaudidas por su gran espíritu deportivo después de haber competido en las series femeninas de 5 mil metros.
Ambas atletas fueron premiadas con su pase a la final de la prueba, confirmaron los organizadores. El incidente ocurrió cuando D’Agostino tripeó con Hamblin cuando faltaban unos 2 mil metros, lo que provocó que ambas se fueran al suelo.
La caída anuló las esperanzas de Hamblin de luchar por las medallas, y al verla desesperada, D’Agostino la ayudó a levantarse, animándola para que terminara. “Me fui al suelo y me pregunté: ¿qué está pasando?, ¿Por qué estoy en el suelo?. De pronto vi una mano en mi hombro que me insinuaba: ‘levántate, tenemos que terminar esto’ y yo pensaba: tienes razón, esto son los Juegos. Tenemos que terminar”, contó Hamblin.
“Estoy muy agradecida a Abbey por haber hecho eso por mí, Esta chica representa el espíritu olímpico. No la conocía de nada de antes. ¿No es asombroso? Es una mujer increíble”, agregó la neozelandesa.
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D’Agostino sufrió una lesión en el tobillo durante la caída, pero Hamblin la agarró para animarla para que terminaran la carrera. “Si alguna vez puedo dar a esta mujer el uno por ciento de lo que me dio cuando me ayudó a levantarme sería fantástico. Si al menos pudiera expresar en palabras lo increíble que es que pudiera terminar”, expresó Hamblin, aún emocionada.
Debido a este gran gesto deportivo entre ambas y a pesar de que no se clasificaron para la final, igual que la austríaca Jennifer Wenth que se vio afectada, los organizadores informaron por medio de un comunicado, la decisión de incluir a las tres en la final que se llevará a cabo este viernes.
Recientemente las pruebas de atletismo vivieron otro momento emotivo cuando el sábado la corredora etíope Etenesh Diro terminó la prueba de los 3 mil metros con obstáculos sin un zapato, su valentía también le valió para ser finalista.