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Francia y Portugal se enfrentan en el Stade de France en una final de la Eurocopa que si bien alumbrará a un campeón muy distinto a España, tiene todos los ingredientes de un gran partido por el título: una estrella mundial en cada bando, cuentas pendientes, contexto político y una oportunidad histórica para las dos selecciones.
“Les Bleus” persiguen el cuarto título de su historia y el “hat-trick” en casa, donde ya ganaron la Eurocopa de 1984 y el Mundial 1998. Portugal, en cambio, quiere escribir la primera página de su palmarés amargando la fiesta a la anfitriona.
Los primeros se encomiendan al ambiente de Saint-Denis, a su peso en la historia del fútbol y a Antoine Griezmann, un delantero que demostró en el torneo no haber conocido aún su techo, pudiendo elevar un poco más ese listón.
Al otro lado del campo aparece la gigantesca sombra de Cristiano Ronaldo, que a sus 31 años afronta una ocasión única para culminar su obra como futbolista llevando a Portugal al primer título de su historia. El crack del Real Madrid perdió la final de 2004, la única vez que su país acarició el título, siendo un adolescente. Ahora es una estrella que lleva una década consagrada en lo más alto del fútbol.
“Les Bleus” parecen tener todo de cara para levantar su tercera Eurocopa e igualar en lo más alto del palmarés a España y Alemania: son los anfitriones, juegan en su estadio favorito, tienen una plantilla con más talento que la portuguesa y la última vez que perdieron ante su rival de mañana no había nacido ni Cristiano Ronaldo. Fue en un amistoso en 1975. Didier Deschamps, actual técnico, tenía seis años.
Desde entonces, Francia venció a Portugal en los tres choques de alto vuelo que disputaron: las semifinales de las Eurocopas 1984 y 2000 y del Mundial 2006.
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Sólo en esa última ocasión jugó Cristiano Ronaldo, el líder natural de una nueva generación portuguesa sin talento de los Luis Figo, Rui Costa o Deco.
El crack del Real Madrid nunca marcó a Francia y siempre perdió ante los galos, pero si por algo se caracteriza el triple ganador del Balón de Oro es por romper barreras. Si marca en la final, donde Portugal tendrá el primer rival de altura, se convertirá en el máximo anotador de la historia del torneo.
A su lado en el ataque portugués aparecerán Nani, Joao Mario y el joven Renato Sanches, que convenció al técnico Fernando Santos para tener un hueco en el once titular. Santos recuperará a Pepe, que se perdió la semifinal por una lesión, y podrá contar también en el medio del campo con Danilo, sancionado en el último partido. Equipo de gala de Portugal.
Lo mismo ocurre en Francia: Deschamps tiene a los 23 futbolistas disponibles. Se espera que mantenga la alineación de las semifinales, con Griezmann por detrás de Olivier Giroud en punta y arropado en el medio del campo por Paul Pogba, Moussa Sissoko, Dimitri Payet y Blaise Matuidi. Mucho físico para frenar a Cristiano Ronaldo, un especialista en los partidos decisivos.
La final pondrá fin a la primera Eurocopa de 24 equipos, un torneo en el que triunfó un fútbol muy distinto al que coronó a España en 2008 y 2012. A Portugal y Francia les costó llevar la iniciativa en sus partidos, pero fueron de menos a más en el torneo. Como Griezmann y Cristiano Ronaldo, que llegan lanzados. En sus botas está buena parte del destino de Francia y Portugal.