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La Copa América se enfrentó por mucho tiempo al reducido número de participantes. La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) solo tiene a 10 selecciones afiliadas, por lo que durante muchos años se buscó un fomato interesante para el torneo.
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Fue hasta la edición de 1993 cuando los directivos decidieron invitar a selecciones ajenas a la confederación para ampliar el número de combinados a 12 representativos nacionales, por lo general de Concacaf, para hacer más significativo el título de Copa América. Aunque esta fórmula cambió para Paraguay 1999 con la extraña invitación a Japón.
Hagamos un recuento de los invitados en la Copa América hasta lo nipones, la mayoría con un paso discreto, incluyendo a los asiáticos. Solo se salva la Selección de México con dos subcampeonatos y tres terceros lugares.
Precisamente en Ecuador 1993, el “Tri” y Estados Unidos fueron las primeras selecciones de otra confederación. Los “verdes” sorprendieron a propios y extraños y se colaron hasta la final, en la que cayeron con la Argentina liderada por Gabriel Batistuta. Los de las barras y las estrellas no lograron ganar en la fase de grupos.
Para Uruguay 1995, México y Estados Unidos repitieron como invitados. Se encontraron en cuartos de final, en la que se impuso el combinado que ahora dirige Jürgen Klinsmann, que llegó hasta el tercer lugar.
En Bolivia 1997 repitió el infaltable México y Costa Rica tomó el lugar de los estadounidenses. Los ticos hicieron un mal papel con goleadas recibidas por Brasil y Colombia. El “Tri”, en tanto, llegó hasta la tercera plaza.
Entonces llegó Paraguay 1999 y si ya era extrañó convocar a otras selecciones a un torneo de una confederación, fue aún más raro que este combinado fuera de otro continente. Con la idea de globalizar más el certamen se le hizo una invitación a Japón, una selección asiática en pleno ascenso que organizaría el Mundial de 2002.
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Los “Samuráis azules” llegaron con grandes expectativas, pero se fueron por la puerta de atrás. Los asiáticos quedaron encasillados en el Grupo A junto al local, Bolivia y Perú.
Parecía que todo sería felicidad. Por obra del destino, su figura Wagner Augusto Lopes, brasileño naturalizado japonés, adelantó a los nipones en su duelo de debut ante Perú; pero al final cayeron 3-2.
En su segunda presentación fueron humillados 4-0 por el anfitrión Paraguay. Al final se despidieron con un empate 1-1, que como ellos quedaron eliminados en la fase de grupos.
A pesar de su desastrosa participación, la escuadra asiática volvió a ser invitada para la edición de 2011, pero debido al terremoto que sacudió el país en ese año no participó en el torneo. Su lugar lo tomó Costa Rica que no pasó la fase de grupos.
Todavía en 2015 se buscó que los japoneses formaran parte de la Copa América de Chile, pero se volvieron a retirar debido a problemas con el calendario y partidos previamente arreglados.