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En algunos países, el castigo máximo que reciben los delincuentes es la pena de muerte.
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Esto fue lo que le sucedió a Nguyen Thi Hue, una mujer de 42 años, quien fue arrestada en 2012 por narcotráfico y sentenciada dos años después a la pena de muerte en Vietnam.
Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados después que las autoridades detectaran que estaba embarazada.
De acuerdo con información del diario “Thanh Nien”, la mujer le pagó a un convicto para que le diera una muestra de semen y una jeringa. Supuestamente, la mujer pagó dos mil 200 dólares para realizarse inseminación.
Debido a que en Vietnam una mujer embarazada o una madre cuyo hijo es menor de 36 meses de edad no puede ser condenada a muerte, la sentencia de Hue será sustituida por cadena perpetua.
Hasta ahora, cuatro guardias de la prisión fueron suspendidos.