El basquetbolista de los Grizzlies de Memphis, Matt Barnes, y el técnico de los Knicks, Dereck Fisher, protagonizaron una pelea la noche del sábado en Los Ángeles, cuando el jugador llegó a la casa de su expareja, Gloria Govan, porque se enteró que Fisher estaba con ella.
“Son cosas privadas y, como tales, deben mantenerse en privado. No voy a hacer más comentarios”, le dijo Fisher al “Diario New York Post”, que publicó, que Fisher viajó a Los Ángeles aprovechando que le dio el día libre a sus jugadores, y fue a la casa de Govan, que ofrecía una fiesta a sus amigos.
“Barnes se entrenó y decidió abandonar la práctica de los Grizzlies para conducir a 150 kilómetros por hora para llegar a reclamarle a Dereck la desaprobación por el encuentro, pero sin entenderse, se fueron a los golpes, aunque no recibieron lesiones graves”, publicó el diario.